Los valores de la nafta súper se ubican por detrás de la suba que tuvo el gasoil y del índice inflacionario nacional, lo que perjudica la rentabilidad del sector estacionero.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el índice inflacionario nacional lleva una variación acumulada del 66,1 por ciento. Durante el mismo período, la nafta súper tuvo un aumento del 52,8 por ciento.

Es decir que el producto que más se vende en las Estaciones de Servicio de Argentina, es el combustible con menor alza de precios del mercado local, lo que perjudica la rentabilidad del sector estacionero ante la constante suba de los costos operativos.

Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación y exdirectivo de YPF, analizó esta situación y planteó que se deben considerar varios factores en la ecuación, tales como la inflación y la devaluación del tipo de cambio oficial, para alcanzar un sinceramiento de su valor.

“La distorsión de los precios internos de dicho combustible con respecto a las referencias internacionales, es del 25 por ciento. Pero si se quiere actualizar su precio para alcanzar el monto internacional, el aumento debería ser cercano al 33 por ciento”, aseguró.

“Pero si esto último no ocurre, se reducen los márgenes de refinación y comercialización porque las Estaciones de Servicio tienen una serie de gastos operativos que se mueven de acuerdo al índice inflacionario, lo que compromete los márgenes de la cadena de valor y allí, el segmento más débil son las bocas de expendio, quienes tienen un porcentaje de costos que se ajustan constantemente”, agregó.

Esto significa que si se mantienen las microdevaluaciones del tipo de cambio oficial por debajo de la pauta inflacionaria, se reducirá el desfasaje frente a los valores que se manejan fuera del país. Pero si no se sostienen, bajo la mirada del especialista, la nafta se abaratará “el doble” en términos del precio del consumidor final en pesos.

Disparidad entre los aumentos de la nafta y el gasoil

Como se mencionó anteriormente, mientras la nafta súper se incrementó 52,8 por ciento en 2022, el gasoil G2 lo hizo en  un 71,6 por ciento. La respuesta se encuentra en la relación oferta – demanda y la necesidad de importar mayor cantidad de barcos con gasoil, ya que éste combustible fue más demandado en ciertos picos del año, principalmente en épocas de siembra y cosecha, sumado que el barril importado también es más caro que el criollo.

Pero ese tironeo no se produjo en la nafta, debido a que el consumo creció en menor medida y porque la refinación local tiene más aportes de petróleos livianos, lo que permite sacar más litros de nafta que gasoil, y por ende la oferta es más estable, según lo detallado por Montamat.

Fuente: Redacción Surtidores

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