El precio de la desigualdad: dos mil millones de pesos extra pagan los misioneros por el combustible más caro

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La foto de la estación de servicio en pleno microcentro porteño es una postal insultante del federalismo que no es. El precio de los combustibles está en la gran urbe, en promedio, cinco pesos más barato que en Posadas y un poco más si se amplía el mapa hasta Puerto Iguazú o San Pedro. 

Cada litro que se carga en Figueroa Alcorta y Libertador, es una marca de la desigual distribución de la riqueza en la Argentina. Es dinero que el automovilista porteño conserva en su bolsillo y lo puede utilizar en otra cosa. Cargar el tanque tiene una diferencia de entre 8 y 11,32 por ciento con el usuario misionero: en total, según cálculos oficiales, a valores y consumo actuales, el sobrecosto que afronta Misiones con respecto a la Capital Federal en función del consumo de los diferentes tipos de combustible es de aproximadamente 199.577.300 pesos mensuales -a precios de septiembre de 2019-, lo que eleva la diferencia anual a unos 2.394.927.600 pesos, de acuerdo al precio de venta al público incluyendo impuestos. 

Ese dinero, volcado al consumo en lugar de a la nafta, tendría un enorme impacto en la economía misionera, en momentos en que la agonía de la recesión se extiende en el tiempo. 

Según los datos de las estaciones de servicio locales, en 2018 se vendieron 179.540.000 litros de nafta, lo que, a valores actuales, equivale a 9.127.813.600 pesos. Por el mismo volumen de combustible, los porteños solo pagaron 8.199.591.800 pesos, 11,32 por ciento menos. O, casi mil millones de pesos menos. 

En cuanto a la nafta premium, en Misiones se vendieron 44.794.000 de litros, lo que equivale a 2.539.371.860 pesos. En Buenos Aires, por lo mismo, solo se pagaron 2.372.738.180 pesos.

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En realidad, no hay un argumento sólido más que la distancia para justificar tanta diferencia de precios. En Buenos Aires está en promedio cinco o seis pesos más barato que en Misiones, pero cuatro pesos se pueden explicar por el flete de 1.100 kilómetros, explican los especialistas. ¿Y el resto?

Más aún, en Buenos Aires el litro de combustible está 5,50 pesos más bajo que en Entre Ríos, que tiene a una planta a 150 kilómetros. En el microcentro porteño, una Shell vende a 45,67 la nafta común y el diesel a45,99, la nafta premium a 52,97  y el diesel Euro a 50,84. En Gualeguaychú, a 200 kilómetros de la planta, la super cuesta 51,69, el diesel 48,40, la premiun 57,18 y el Euro diesel, 55, 88, valores casi idénticos a Posadas.

El flete explica 138 pesos el kilómetro sobre una base de 4000 pesos el metro cúbico. Pero entonces ¿por qué en Misiones el combustible sale lo mismo que en Gualeguaychú habiendo 900 kilómetros de distancia?

La respuesta, señalan especialistas del sector, es que las petroleras “solo tienen interés por  las grandes urbes y sus volúmenes y cargan de costo a las provincias” (porque el impuesto hoy es suma fija y no directamente proporcional al costo) para subsidiar las ciudades más ricas, como Capital Federal, Rosario, Córdoba o Mendoza.

Misiones, como en algunas otras localidades del noreste y noroeste del país, tiene el combustible más caro del país. Desde hace años los misioneros son castigados por un precio distinto al del centro del país y han pasado los gobiernos pero ninguna solución llegó, al margen de que la provincia es la única que no tiene ningún tipo de conexión a redes de gas natural y no tiene otra fuente de energía propia. 

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Hubo proyectos en el Congreso para equiparar el precio de los combustibles vía subsidio al transporte. Entre 2016 y 2017 y por unos meses se recuperó el beneficio del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles diferenciado para Misiones,que rigió entre 1996 y 2002. Duró poco, con la última reforma fiscal impulsada por el ex ministro de Economía, Nicolás Dujovne, el ITC se convirtió en un impuesto fijo, profundizando las desigualdades entre norte y centro. 

Los datos respaldan de forma contundente el reclamo de una compensación histórica que sostiene Misiones y que la ley Pymes sancionada por el Gobierno de Cambiemos, nunca contempló. 

El planteo misionero entregado en mano al candidato presidencial Alberto Fernández, enumera cómo Misiones es perjudicada por el reparto de recursos federales y mayores costos energéticos que frenan el desarrollo industrial.

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