El proyecto Misionerista
23 días. Es el tiempo que tenemos para pensar qué clase de provincia, ciudad y barrio queremos. Mucho le van a decir o va a escuchar a lo largo de estas semanas. Van a aparecer, si es que no lo hicieron ya, a prometerle cosas que ni usted sabía que quería. El desfile de siempre, con más o menos los mismos de siempre.
En el fondo un poco lo sabe, usted ya eligió. Porque si bien pueden aparecer muchas opciones, la discusión siempre es una sola, la continuidad o el cambio. Y aunque el cambio pueda sonar bien y prometedor, hace algunos años Misiones inició un camino del cual es muy difícil volver. Un camino de reivindicaciones, pero sobre todo de amor propio. Un camino que permitió que la gente vuelva a sonreír, vuelva a creer y soñar con un futuro mejor.
¿Qué es el Misionerismo? Lo que todos llevamos dentro. Es el cariño de una abuela cuando cocina torta fritas un domingo, unos mates en la Costanera con tus amigos o mojar los pies en un arroyo después de caminar varios kilómetros.
Es el verde de nuestra selva y el rojo de nuestra tierra. Son nuestras tribus guaraníes y nuestros peones de la chacra. Son nuestras colonias alemanas y polacas. Nuestra yerba y nuestras Cataratas. Al Misionerismo lo hacen cada uno de los misioneros todos los días, con esfuerzo y dedicación.
Un Gobierno no solamente tiene que promoverlo, sino que tiene que representarlo. Tiene que hacer más rutas para poder exportar más y mejor, construir más universidades para que nuestros jóvenes no tengan que irse, otorgar más créditos para que nuestras cooperativas se desarrollen y construir más hogares para que nuestras familias vivan mejor. Tiene que hacer, pero sobre todo tiene que escuchar. Es un camino difícil, que se construye entre todos.
Quien se conoce a sí mismo ya no tiene miedo. Este fue el mayor logro político de estos últimos años, que la gente recupere la confianza. Recuperar nuestra historia y defenderla frente a los intereses externos, algo de lo que mucho se habló durante mucho tiempo, pero poco se hizo. Con aciertos y errores, este proyecto fue construyéndose de a poco. Al final, terminó siendo un logro que fue más allá de afinidades partidarias.
Lo que le propongo, es que cuando vaya a las urnas el 2 de junio, piense en Misiones. No en la Nación, tampoco en los problemas de Macri o Cristina. Piense que hicieron cada uno de los candidatos por los misioneros en estos últimos años, que hicieron para que usted y su familia vivan un poco mejor. Por eso, vote con el corazón, que seguro va a elegir bien.