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Ya no nos conformamos”. El presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, puso sobre la mesa el gran debate de cara a las elecciones presidenciales: el reclamo de Misiones por mayores recursos se hará de manera inmediata y sin ambages. “Debe haber una compensación inmediata y extraordinaria para saldar la deuda económica y social con la provincia, porque hoy Misiones aporta a la Nación más del doble -hablando en actividad económica- de lo que recibe en contrapartida por coparticipación”, describió el conductor político de la Renovación.

¿Cuál es el planteo? Lo correcto es duplicar lo que Misiones recibe por coparticipación, indicó un ministro. “Debemos conseguir fondos compensadores al nivel de lo que recibe El Chaco. Elevar nuestro índice de 3,41 a 5 y pico. Pero no podemos esperar a una nueva ley porque es imposible que se pongan de acuerdo y cedan recursos otras provincias”, agregó el jefe de Gabinete, Adolfo Pischik.

El reclamo no es nuevo, aunque sí la urgencia. En 1988 se produjo la gran cesión de recursos de Misiones a la Nación -el país era gobernado por el radical Raúl Alfonsín, la provincia por el peronista Julio César Humada y diputados de ambos partidos avalaron la reforma en el Congreso-. 

En esa reforma, Misiones perdió un 30 por ciento de la coparticipación que recibía. Después el rojo se fue agrandando con sucesivos pactos fiscales que parchaban los déficits que iba acumulando la Nación.  

Misiones no plantea revisar esos pactos, pero sí comenzar a recibir para adelante, recursos adecuados a su realidad. Es la octava economía del país y recibe como si fuera la 16 ó 17. Aporta muchos impuestos nacionales y recibe escasa generosidad en retribución. 

Pero además, es hoy la principal provincia del NEA, en población y desarrollo económico y recibe bastante menos que las vecinas.

El Chaco tiene un índice de coparticipación de 4,7 por ciento, Corrientes, de 3,6, Formosa de 3,4 y Misiones de 3,3, pero es en la tierra colorada donde está concentrada la mayor cantidad de población, más del doble que Formosa y bastante más que las otras dos. Lo mismo sucede con el volumen económico y las exportaciones. Misiones está lejos por encima de las demás, pero recibe menos. 

Un ejemplo: la provincia gobernada por Domingo Peppo recibió el año pasado 48.684 millones de pesos en coparticipación. Hugo Passalacqua se tuvo que arreglar con 34.606 millones.

 Según el censo 2010, la tierra colorada tuvo un incremento de 14,1 por ciento en su población, respecto al censo 2001. En tanto, Chaco creció en 7,2 por ciento; Formosa en 9 por ciento y Corrientes en 6,6 por ciento.

El planteo expuesto por Rovira estuvo siempre latente, aunque muchas veces disimulado por el buen andar de la economía o los fondos extra que se recibían para diversas obras públicas. 

Hoy la economía se arrastra en la agonía de la recesión y no hay obras que puedan disimular las necesidades. El Pacto Fiscal impulsado por Mauricio Macri para cubrir sus propias urgencias, terminó perjudicando a la mayoría de las provincias y la promesa de un crecimiento para cubrir la menor recaudación de impuestos, quedó sepultada con sendas caídas en los últimos dos años -y éste corre el mismo destino-.

Por eso es buen momento para ejercer presión y arrancar un compromiso antes que asuma el nuevo Gobierno.

Alberto Fernández fue el primero en escuchar el planteo, pero también lo recibirán los demás candidatos cuando pisen tierra colorada.

El candidato del Frente Todos llegó este viernes a la tierra colorada y se llevó un baño de la realidad misionera. Primero con madereros, después con intendentes y diputados. 

Los despedidos de Dass le hicieron ver la crítica situación laboral en el Alto Paraná, con la fábrica a medio andar y forestales que no repuntan. 

Después fue el turno del partido Justicialista, que se vistió con sus mejores galas y se mostró, como hace mucho tiempo no pasaba, repleto y exultante. Jóvenes, veteranos de batallas varias, pañuelos verdes, obreros y gremialistas, todos mezclados en una algarabía que no se vio “ni en los tiempos de Néstor”, recordó uno de los históricos dirigentes del PJ. 

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Fernández se hizo tiempo para hablar con todos y respondió uno a uno los planteos con la misma buena onda que aceptaba los pedidos de selfies. 

Después, a la hora del almuerzo, se reunió con el gobernador Hugo Passalacqua, su sucesor Oscar Herrera Ahuad y el conductor de la Renovación, Carlos Rovira, quien ratificó cada uno de los puntos presentados el miércoles. 

“No fue una reunión protocolar, se le plantearon las cosas que hay que corregir. Lo que dijo el miércoles, lo ratificó en la reunión, lo mismo que la lista corta. Alberto entendió que en Misiones, el territorio es de la Renovación”, contó uno de los asistentes a la reunión en la que también estuvieron el vicegobernador electo, Carlos Arce y el diputado nacional Ricardo Wellbach. 

Por el lado del visitante, su esposa, la medio misionera Fabiola Yañez y un reducido equipo conformado por el “Chino” Navarro, Nicolás Trotta y Juan Pablo Biondi, además del gremialista Víctor Santa María.

A los postres fue intenso el cruce de opiniones, con la coincidencia de que debe primar el interés de reactivar la economía del país. 

Otro de los temas centrales, además de la demanda de recursos de Misiones, fue la energía otro de los temas de la reunión. Es un tema que al candidato a presidente le preocupa mucho, ya que con el apagón inexplicado quedó demostrado que los tarifazos no redundaron en mayores inversiones. Fernández confirmó que uno de sus hombres de consulta es el ingeniero nuclear Sergio Lanziani, actual secretario de Energía de Misiones. 

También se analizó la situación de la deuda externa y la conformación de los equipos económicos del candidato. 

En la sobremesa comenzaron a llegar las primeras informaciones sobre el histórico acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. 

Para el Gobierno nacional es un éxito diplomático que le pone fin a dos décadas de negociaciones y abre un potencial inmenso mercado a las exportaciones argentinas. 

Los detractores advierten que el pacto es un nuevo peligro para la economía argentina que sufre las consecuencias de una larga crisis y hoy negocia en desigualdad hasta con Brasil, el hermano gigante cuya industria es mucho más competitiva. 

Hay condiciones del acuerdo que recién comenzarán a hacerse realidad en varios años. Hay tiempo para prepararse, pero se debe comenzar ya para no quedar en desventaja. Como bien explicó hace unas semanas el economista Guillermo Knass, “para que un bloque económico tenga éxito deben tener todos sus países miembros tipos de cambio fijos que tiendan hacia una moneda única, y libre movilidad de factores dentro del bloque para generar mayor competitividad. Esto llevará a que el bloque de países sea estable, sólido económicamente y beneficioso para todos sus miembros. De acuerdo hito fundacional del Euro (el tratado de Maastricht de 1992); si los países querían adoptar una moneda única, primero debían cumplir con ciertas condiciones de “convergencia” (léase coincidencia) macroeconómica, para que les sea posible adoptar la moneda sin mayores consecuencias para sus economías”. Argentina no tiene coincidencia siquiera con Brasil, mucho menos con la estabilidad europea. Mientras que la inflación de Brasil fue del 64 % acumulado en los últimos 10 años, la de Argentina fue del 318%. 

Para el caso de Misiones, la industria yerbatera, el té y la madera podrían beneficiarse. Pero otros sectores podrían sufrir un embate mortal de las importaciones, como está sucediendo con las textiles o zapatillas -Dass es el mejor ejemplo-. “No queda claro cuáles serían los beneficios concretos para nuestro país. Pero sí queda claro cuáles serían los perjuicios para nuestra industria y el trabajo argentino. Un acuerdo así no genera nada para festejar sino muchos motivos para preocuparnos”, señaló Fernández.

Cristina, la otra Fernández fue pocas veces mencionada en el cónclave en Misiones, aunque se destacó que debe primar una actitud de amplitud política, que se desmarque de las malas prácticas de los sectores más radicalizados de la última etapa de su gobierno. 

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Sobre el final Rovira se explayó sobre la boleta corta, en la misma línea de lo que expresó previamente como primer análisis del resultado del 2 de junio. “Sagrado respeto al voto de los misioneros”, había señalado el miércoles, cuando explicó el porqué: “Nos votó el 99% del que elige a Alberto Fernández y nos eligió más del 50 por ciento del que prefiere a Mauricio Macri y el otro tanto que prefiere a Lavagna”, había marcado ese día. Alberto entendió el mensaje. 

Pero ese mensaje tuvo como principal destinatario al público interno de la Renovación, que teme quedar en desventaja sin candidato a presidente. 

Para Rovira, en cambio, es un desafío que se abre a algo nuevo, al misionerismo que nació el 2 de junio, como bautizó a la neorenovación, que dejó atrás aquella parida en 2003, cuando también se fue él mismo contra la corriente, al optar por Néstor Kirchner en lugar de ir detrás de Carlos Menem, quien tenía una 60 por ciento de intención de voto en Misiones. El tiempo, aquella vez, también le dio la razón: el riojano se bajó de la segunda vuelta y Kirchner fue presidente. 

Rovira sabe que es una situación inédita y que habrá que preservar cada voto posible para custodiar las cuatro bancas que la Renovación pone en juego, aunque una pertenezca a Cristina Britez, quien también buscará su continuidad, pero por el Frente de Todos. 

Por eso ponderó las cualidades de los candidatos de la Renovación: “Tenemos al mejor intendente de la provincia, Diego Sartori, la ministra Ivonne Aquino, que lleva la educación como eje central del presente y futuro de la Argentina y Néstor Pitana, ¿Por qué Pitana? Es hijo de pioneros, clase media, equilibrado, el mejor árbitro del mundo, estuvo en la final del Mundial. Es un embajador de Misiones”, explicó, antes de señalar a Graciela Leyes como una “militante de todas las mujeres”. 

Pese a la boleta corta la Renovación corre con una ventaja que los otros espacios no tienen. El propio Alberto reconoce la territorialidad del espacio que conduce Rovira, por encima del peronismo y sus aliados de última hora. 

En el frente Juntos somos el Cambio, la grieta se hizo evidente entre los socios. Salga como salga la primaria entre Alfredo Schiavoni, Ricardo Andersen y Pedro Puerta, el PRO no está dispuesto a perdonar a sus aliados menores el desgaste de ir a elecciones. Hasta último momento hubo intentos por bajar la lista del hijo del embajador -el sábado, sobre el filo del plazo legal, pretendieron que no anote su lista-, a sabiendas que los votos “centroperonistas” serán necesarios para superar al radicalismo, que tiene en contra el nivel de desconocimiento de su principal candidato. Andersen es un apellido ilustre del radicalismo, pero con escasa ascendencia fuera de Leandro N Alem, donde además enfrenta al intendente Diego Sartori por la Renovación.

En el macrismo no quieren que el hermano del presidente del partido sufra otra derrota, tan o más dolorosa que el 2 de junio.

Pero tienen motivos para mostrarse esperanzados. Pese a las sucesivas derrotas en las provincias, hay algunas encuestas que traen datos positivos. La calma del dólar, aunque atada al buen humor del FMI, aquieta las aguas y el nivel de desaprobación de la gestión se mantuvo estable. La consultora Synopsis tiene al frente a Alberto Fernández con 40,3 por ciento de intención de voto, pero a menos de cinco puntos de Macri. El consultor Gustavo Córdoba coincide y señala que el Presidente es “mucho más competitivo cuando los

votantes de primera vuelta deben elegir” en un mano a mano con Fernández.Hoy estarían en una situación de empate en el escenario de balotaje, siendo Mauricio Macri el candidato

que mejor capitaliza los votos de Lavagna y Espert. La clave será el resultado de las primarias, la gran encuesta real.

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