La fe de los conversos

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Quien piensa que el escándalo de los cuadernos es inocuo para la economía y la política, se equivoca. En el corto plazo el Gobierno puede sacar alguna ventaja con las anotaciones del chofer infiel, ya que parecen describir únicamente a ex funcionarios de los gobiernos de Cristina Fernández y Néstor Kirchner. Pero para que alguien cobre una coima, debe haber un pagador, lo mismo que con los bolsos de López. Si hay plata “negra”, alguien la abona. Por eso la causa que maneja con la severidad de un sheriff el juez Claudio Bonadío corre el riesgo de ser una más en el universo de denuncias contra los salientes, con títulos pegadizos pero no demasiadas pruebas contundentes: la ruta del dinero K, los cuadernos de la corrupción K, etc.
La celeridad con que Bonadío regala libertades a quienes declaran haber pagado, aún incriminándose, choca con la privación de la libertad de todo aquel que presuntamente haya cobrado. Pero quienes hasta ahora reconocen algún delito, están vinculados de uno u otro modo con el Gobierno actual, el único beneficiado directo al reivindicar la bandera de la lucha contra la corrupción. La de los otros. De los aportes truchos a la campaña ya no se habla. De la inflación y los problemas de gestión, tampoco.

El primer “arrepentido” es el primo Angelo Calcaterra. Angelo es de la familia presidencial y dueño de Iecsa, la constructora con la que los Macri hicieron fortunas durante décadas. Antes de presentarse “espontáneamente” ante Bonadío, confesó haberse reunido con el primo Mauricio para coordinar la estrategia judicial. Si es tanta la confianza, ¿cómo es que el Presidente no sabía que la empresa familiar movía dinero en negro?
El otro arrepentido es Juan Abal Medina, ex jefe de Gabinete de Cristina y ahora funcionario del Gobierno de Macri. Con la fe de los conversos, admitió haber recibido “aportes” para la campaña política, pero salió campante, por la puerta grande, lo mismo que el primo Angelo. Uno pagó y el otro recibió, pero como están de un lado del mostrador, son carmelitas. Los sucios son los otros.
Por eso sobran empresarios con ganas de contar. Saben que, una vez arrepentidos, tienen la garantía de seguir en libertad, siempre y cuando aporten algún dato jugoso en contra de los otros.
El relato pormenorizado y potenciado al infinito en las pantallas de televisión genera, sin embargo, un efecto todavía imperceptible, pero peligroso: una parálisis que puede profundizar, aún más si cabe, el enfriamiento de la economía. Oculta, como contraste, que si todo es como se pinta, el sistema y el poder empresario, que trascienden a los gobiernos, son parte del problema.
“El efecto va a ser idéntico a Brasil. Largo tiempo de recesión, se van a parar y hacer más lentas todas las contrataciones con el Estado, todas. La política también va a deambular entre líderes que no van a tener legitimidad”, analizó un conocedor de la gestión y de las lides políticas.
No le falta razón. Macri sigue en baja en las encuestas, pero también flaqueó Cristina, que venía recuperando terreno y ahora volvió a quedar en medio de las denuncias de corrupción por las anotaciones en el cuaderno Gloria.
 

 
Los mismos funcionarios del Gobierno nacional admiten el temor a firmar cualquier documento y del otro lado, los empresarios de la construcción, aseguran que este escándalo no hará más que ralentizar la ya pobre obra pública en ejecución y puede frenar la “lluvia de inversiones” hasta que pase la tormenta. El problema es que obra que no se licita hoy, tiene efecto retardado en el empleo y la actividad económica. Es decir, se extenderá la agonía de la recesión.
No debe entenderse esto como una justificación. Pero todo el proceso sería más creíble si no fuera la continuidad de la búsqueda de culpables de un solo color político. De otro modo, parece un eslogan de campaña y ya van dos años y medio de gobierno, sin otro resultado positivo.
Los empresarios de la construcción reunidos en el foro pymes que se realizó en Posadas el viernes, advirtieron la brutal caída en los proyectos de obra pública financiados por la Nación. Eso se traduce en menos empleo -hay 8.500 trabajadores, contra un pico superior a los 15 mil a fines de 2015- y menor inversión real. Las empresas más grandes subsisten por su propia espalda, las medianas con alguna que otra obra financiada por el Gobierno de Misiones, pero las más pequeñas padecen la crisis y despiden trabajadores. Pero todas sufren de una u otra forma la recesión que se extiende. Por eso no sorprendió el histórico llamado de empresarios de todo el NEA, junto al Gobierno provincial, para que la Nación reactive el financiamiento y, especialmente, no concentre las obras en Buenos Aires, cuna del poder político de la alianza gobernante, junto al centro del país.
“Se están terminando las obras ya licitadas, y no hay obras nuevas en marcha y si no hay cambios, va a haber una crisis de cierre de empresas y menos empleo”, dijo Pablo Ratti, que participó del panel principal en el cual los empresarios delinearon el futuro del sector.
No es el en el único rubro en el que se percibe la discriminación. El senador correntino Camau Espinola denunció que el precio del combustible aumenta mucho más en el interior que en Buenos Aires, una lucha que hace años encabeza Misiones, casi en soledad.
El legislador apuntó que, en el caso de YPF, las naftas y el gasoil subieron entre junio y el 5 de agosto un 21 por ciento en Corrientes, mientras que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ascendieron sólo un 14,7 según información oficial del Ministerio de Energía.
“Esa situación provocó un incremento en la brecha de precios entre las dos ciudades, pasando del 8,9 al 14,9 por ciento”, se quejó el parlamentario al realizar el pedido de informes al Gobierno.
En el caso de Misiones, la nafta Premium subió 38 por ciento en lo que va del año y 146 por ciento desde que asumió Mauricio Macri, mientras que la Súper, subió 34 por ciento hasta agosto y 130 por ciento en la era Cambiemos.
Misiones sabe de esas luchas. Hace años que paga un combustible más caro que el resto del país. Pero las diferencias son más abundantes. Los últimos datos de la coparticipación ratifican que la tierra colorada es la que menos recibe de todo el NEA. Llegaron 2.696 millones, lo que equivale a 2.449 pesos por habitante, la mitad de lo que recibió Formosa. Chaco, en tanto, percibió giros por 3.998 millones. Con una población de 1,05 millón de habitantes arroja una Coparticipación per cápita de 3.789 por cada chaqueño. Corrientes, en tanto, obtuvo giros por $3.008 millones y con una población de 930.000 almas, recibió en julio recursos de 3.235 pesos por cada correntino.
La caída de la coparticipación en julio derrumba el principal argumento del Gobierno nacional -y sus voceros en Misiones- para transferir el ajuste a las provincias. Hasta ahora los ministros de Macri decían que las provincias están recibiendo muchos recursos, lo que les permitía afrontar los recortes de las obligaciones nacionales. La coparticipación, como se aprecia, es la primera en sufrir las consecuencias de la crisis.
Pero el ajuste se da de hecho. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recortó giros a seis provincias por “demoras” en el envío de información de las cajas previsionales que no fueron transferidas a Nación. Misiones fue una de ellas, pero si se analiza un poco más en profundidad la información, se advierte que en realidad, las exigencias son tan altas que ninguna provincia está en condiciones de cumplir. La Nación pidió información digitalizada desde 1994, que la Provincia -y las demás- enviaron, pero al ser tanta la cantidad de datos, son muchos los errores detectados, lo que hizo todo más lento el proceso. Por las dudas, los diarios porteños, ya hablan de “castigo” a las provincias, que son las causas de todos los males del país central. Por las dudas, hay un decreto que autoriza a la Nación a quedarse con parte de la coparticipación si se computan que la Anses pagó “de más” en algún mes. El detalle, mínimo, es que sería una retención ilegal, que ya se dilucidó en la Corte a favor de las provincias que sufrían retenciones para financiar la Anses.  
En ese escenario cobra relevancia que Misiones sea una de las pocas provincias con los números en orden y capaz de realizar aportes para sobrellevar el mal paso. El Banco de Fomento, diseñado por el gobernador Hugo Passalacqua, entregó 500 créditos e inyectó 120 millones de pesos al desarrollo productivo de toda la provincia, desde una industria yerbatera hasta una fábrica de chocolate, pasando por las más urgentes necesidades de innovar producto de la crisis. En paralelo, el Ahora Misiones y sus satélites Ahora Pan y Ahora Gas son un éxito que sostiene el consumo. Tanto que el Ahora Pan se extendió hasta diciembre. Y el Gobierno piensa en varias alternativas para beneficio del consumidor apretado. El “Ahora Patente” podría ser el próximo paso, para regularizar deudas y mejorar la recaudación fiscal de los municipios.
Mientras el país discute el contenido de los cuadernos Gloria, en Misiones el debate es hacia el futuro. Docentes de todo el país y de la región se reunieron en Iguazú para analizar el Flipped Learning, o sistema de “aula invertida”, llamada a ser una revolución educativa, según Jon Bergmann, uno de los creadores del modelo que nació en Estados Unidos y se expande por el mundo, pero que tiene a Misiones como único lugar del mundo donde el Estado está a la vanguardia. El cambio de época es contundente: hasta hace poco en Misiones se discutía por la escasez de escuelas y la cantidad de chicos que estaban fuera del sistema. Ahora aparecen nuevos desafíos, como achicar la brecha tecnológica para que la inclusión alcance a todos los rincones.  

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