Marginados del abastecimiento de gas natural
Escrib Carlos Andrès Ortiz
Marginados o automarginados de la red nacional de gasoductos, sería el contexto a precisar, pero lo concreto es que Misiones y casi todo Corrientes, siguen siendo absurdamente las “provincias kelpers” del estratégico contexto de abastecimiento al vital fluido energético.
En particular, desde los albores de la Patria Argentina, Misiones es la constante marginada de las grandes definiciones y concreciones de obras e iniciativas estratégicas, cruciales para promover y consolidar el imprescindible desarrollo socio económico.
¡Y eso pese a ser de las primeras provincias en adherir a la Revolución de Mayo, en épocas del caudillo artiguista Andresito Guacurarí! O tal vez ese claro federalismo que está en los genes de esta provincia, puede ser el motivo de la marginación cargada de la típica soberbia unitaria – portuaria rivadaviana, con la que se discrimina a esta pequeña y muy pujante provincia.
Romper distintas facetas del aislamiento y marginación, como en las áreas vial, eléctrica, logística, etc., requirió de fuertes dosis de decisión, patriotismo bien entendido, mentes claras con visión de grandeza, y mucha perseverancia con claro espíritu de lucha cívica.
Lo mismo, tal vez en dosis excepcionalmente acentuadas, por los intereses subyacentes a vencer, evidencia ser necesario para romper la marginación de la infraestructura del gas natural; un servicio esencial desde lo económico, lo social y lo ambiental.
Claro que esa marginación tiene dos caras de la misma moneda: el centralismo portuario, soberbio y excluyente; y la tibieza o falta de fundamentación de las exigencias provinciales; esto último un cargo a todo el arco dirigencial; político, empresario, gremial, académico, intelectual, etc.
Es sin duda una gran noticia con enorme importancia estratégica, que se haya decidido priorizar la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, para ampliar la capacidad de transporte del vital fluido, desde el polo productivo de Vaca Muerta – Comahue, para conectar esa ampliada capacidad de transporte con la amplia red troncal de gasoductos, que abastece a buena parte de nuestro territorio, y que también ampliará la capacidad de exportación hacia el enorme y ávido mercado brasileño.
Con eso se mejorará el abastecimiento interno, el cual en épocas de frío -hasta ahora- necesita el refuerzo de costosos barcos metaneros, así como ciertas restricciones al consumo de grandes usuarios (como las centrales termoeléctricas), las cuales en ese período deben pasar a consumir el más costoso y más contaminante Diesel Oil.
La ampliación de la capacidad exportable, será una fuente adicional de divisas, tan necesarias para solventar nuestro desarrollo; si bien significa exportar materia prima en bruto, siendo que lo ideal sería exportar bienes o servicios con mayor participación de mano de obra nacional, desde energía eléctrica, a fertilizantes u otros bienes industriales de mayor valor agregado, de los cuales los hidrocarburos son los insumos básicos. Pero aceptemos que, como sea, el incremento de las exportaciones es muy positivo.
Pero lo preocupante, es que, siendo una extensión relativamente menor de la enorme red de gasoductos, y una fracción del total a invertirse en el gasoducto Néstor Kirchner, se omitió totalmente la terminación del inconcluso GasNEA, del cual siguen excluidas Misiones y Corrientes. Y, por cierto, eso no lo compensa la marginal conexión que Corrientes ya tiene, en una fracción del sur provincial, que consiguió a consecuencia de la primera interconexión de Argentina con Brasil.
Preocupante esa muestra concreta de unitarismo portuario (el gasoducto tendrá como principal destino final del gas a Capital y Provincia de Buenos Aires), que parece demostrar la continuidad de la excluyente marginación a la que se condena al NEA, y en este caso particular a Misiones y Corrientes.
Por cierto, no se opone a ese centralismo político – económico y sobre todo cultural, de carácter estructural, que nos aqueja; la aparente anomia, el “dejar hacer, dejar pasar” que parece campear en estas dos provincias, que no evidenciarían interesarse, ni menos aun dar su justo y enorme valor estratégico, al tramo del gasoducto largamente pendiente.
Es de recordar que tal como perpetró con numerosas grandes obras públicas, que se solazaba en paralizar o cancelar definitivamente, el neoliberalismo exacerbado del macrismo canceló la obra, que estaba en ejecución, e incluso no cuidó las inversiones ya concretadas, pues habrían “desaparecido” varios tramos del gasoducto que ya estaban instalados, los que según trascendió estarían “guardados” en una propiedad de un conocido ex funcionario político macrista.
Para revertir ese estado de cosas, la concreción de los tramos faltantes del GasNEA, debería ser uno de los objetivos principales e innegociables, sin mayores excluyentes dilaciones, por parte de ambas provincias, llevándose los fuertes reclamos, en forma constante, a los distintos niveles, tanto políticos como de amplia difusión masiva, para dejar instalada y bien conocida la enorme injusticia y marginación a la que se nos somete. Lo opuesto al silencio total y la aparente inacción que parece ser la constante, desde hace mucho tiempo.
Y en ese contexto, es totalmente incomprensible que, dentro de una muy dudosamente positiva agenda de acción en lo energético, desde Misiones se haya opinado que con la producción local de hidrógeno verde (la cual parece ser hoy meramente experimental), Misiones podría suplir por si misma la carencia del gasoducto.
Dicho en castizo más simple, se afirmó que con el hidrógeno a producirse localmente se supliría el abastecimiento energético que iba a suministrarnos el gasoducto.
Por muchos motivos, tal como lo expuse en otros artículos, eso es simplemente un disparate total…¡y lo preocupante es que ese trascendido circuló en algunos medios electrónicos especializados en Energía, como una supuesta bien fundada alternativa de abastecimiento!
O sea que, desde Misiones, se dieron argumentos adicionales para avalar la cancelación de nuestra interconexión a la red nacional de gasoductos. En lenguaje futbolero, “se pateó en contra”.
A nivel mundial, y al menos por un par de décadas o más, el hidrógeno estaría pensado para abastecer solamente al transporte pesado (barcos, trenes y camiones pesados).
Mucho más acotado que el abastecimiento masivo que caracteriza a los gasoductos.
Y para algo tan puntual, se requiere infraestructura, que es compleja y costosa. Por cierto, todo eso muy lejos y marcadamente improbable de concretar con los acotados presupuestos provinciales locales. Además de lo cual, los problemas técnicos de logística, exceden en mucho las limitadas capacidades que evidencia tener, en ese tema, Misiones.
El gasoducto iba a poder abastecer los consumos industriales, residenciales y de servicios, de la mayor parte de nuestra provincia, con una bifurcación que desde el sur se extendería en el eje Posadas – Apóstoles, con dos ramales paralelos a las dos grandes rutas nacionales números 12 y 14; eso además de una tercera traza que volvería a Corrientes, en el eje Virasoro – Santo Tomé. Por supuesto, al ingresar a Corrientes en la ciudad homónima, iba a abastecer a toda la traza de poblaciones sobre la ruta 12, en el tramo ciudad de Corrientes al límite con Misiones.
Tal como se constata en todo el tema energético en general, el accionar provincial de Misiones muestra gruesas falencias y contradicciones, que, si no se rectifican prontamente, nos conducirán a un preocupante cuadro de pobreza energética.
Y ese accionar evidencia no estar en nada acorde con las notables concreciones en otras áreas de gobierno, como en Salud Pública (con un manejo muy coherente de la pandemia y las concreciones en más y mejores servicios e infraestructura), en Educación, Turismo, en aspectos sociales (como las construcciones de viviendas populares), infraestructura urbana, y otras.
Es de esperar que se tome debida conciencia de la crucial importancia del gasoducto, y se accione decididamente para que se concrete.
Otro tema estratégico, que hoy parece totalmente relegado, es la concreción de las grandes centrales hidroeléctricas binacionales, las que serán vitales para nuestro desarrollo provincial, regional y nacional; además de reforzar las alianzas con las dos naciones vecinas. Pero este ya es otro tema, que será tratado posteriormente, Dios mediante.