“Paraguay se debe una discusión seria sobre la distribución de la tierra”

El periodista y escritor paraguayo, Julio Benegas Vidallet pasó por Misiones presentando la nueva edición de su libro La masacre de Curuguaty. Aprovechando su visita desde Economis lo entrevistamos sobre las razones de ese conflicto y la realidad actual de la producción del vecino país.

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El periodista y escritor paraguayo, Julio Benegas Vidallet pasó por Misiones presentando la nueva edición de su libro La masacre de Curuguaty. Aprovechando su visita desde Economis lo entrevistamos sobre las razones de ese conflicto y la realidad actual de la producción del vecino país.

Julio Benegas Vidallet es autor de ocho obras, entre ellas La masacre de CuruguatyVuela SoledadLa cuarentena de Ñasaindy y Un relato urgente, de reciente publicación. También participó en la publicación de cuatro libros de escritura colectiva.

Paraguay posee la mayor concentración de tierras del mundo, con el índice de Gini de 0,93. Con el consiguiente, el 19% del territorio paraguayo estaba (2008) en posesión de extranjeros (CAN, 2008) y está clasificado como tercer mayor exportador y sexto mayor productor de soja del globo (CAPECO, 2018).

Durante la charla sobre el libro “La masacre de Curuguaty“, Benegas Vidallet explicó que “en su primer periodo de país independiente (1811 -1870) Paraguay era un país rural que centralizaba la tierra en el Estado, llego a contar con el 98% del territorio en forma de tierras fiscales, quizás la época de mayor bonanza económica de la historia del país”. Explicó que todo cambió tras la “Guerra Grande” como ellos llaman a la “Guerra de la Triple Alianza”, que impuso el nuevo régimen al vecino país, que “transformó el régimen de propiedad de la tierra, a través de la venta masiva de tierras públicas. Para 1884 el 85,1% del área total de bosques y praderas había sido vendido por el Estado a capitales extranjeros, vendiendo así el 81% del territorio nacional a la clase alta dirigente y a empresas foráneas. Ocho consorcios extranjeros quedaron con catorce millones de hectáreas, de las treinta y un millones con las que contaba el territorio nacional”.

Benegas Vidallet recuerda que Paraguay presenta la distribución de la tierra más desigual del mundo, con una pequeña élite latifundista e importante participación de propietarios extranjeros, que concentran casi toda la superficie agrícola y ganadera, mientras que la inmensa mayoría de familias campesinas e indígenas carecen de tierra suficiente para subsistir. Mencionó durante su presentación del libro un informe publicado por Oxfam en 2016.

Dicha investigación, realizada por Arantxa Guereña y Luis Rojas llamada “YvyJára. Los dueños de la tierra en Paraguay” buscaba brindar un panorama sobre la situación de tenencia de la tierra en Paraguay, describir las principales relaciones de poder sobre la misma y mostrar en la medida de lo posible en manos de quién o quiénes está la tierra. Busca además profundizar en el análisis sobre la necesidad de políticas públicas que democraticen el acceso a este recurso esencial para el desarrollo. El informe puede encontrarse en internet.

Partiendo de esta premisa le consultamos a Benegas Vidallet sobre la necesidad de una discusión real sobre la distribución de la tierra en Paraguay y el rol de los agronegocios.

-Se debate el problema de la Tierra en Paraguay

– Sí, esto se habla entre la organizaciones, se habla mucho en las organizaciones campesinas sobre todo y en los grupos digamos de desplazados del proceso. Paraguay se debe una discusión seria sobre la distribución de la tierra, que se intentó durante un pequeño periodo de tiempo, pero normalmente esa discusión no se da. Solo los sectores desplazados buscan dar ese debate que no llega a la escena central en la política paraguaya.

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En los medios se habla muy poco, se instala la idea de que eso es el progreso. Que talar todo y enviar en bruto, eso el progreso que es lo que mete divisas y que genera cierta estabilidad macroeconómica y todo eso.

La verdad, lo que vemos en Paraguay no es agroindustria. Es agroextractivismo. A diferencia de Argentina y de Brasil, es muy importante eso, porque la agroindustria genera finalmente ocupación, o sea, más ocupación de mano de obra. El extractivismo, en sí mismo genera muy poca ocupación destruye todo y en el caso de Paraguay al no pagar impuestos por exportación en bruto, el Estado se queda sin nada.

Es decir por un lado, te utiliza toda tu tierra, te destruye un montón de cosas y por el otro lado no te deja dinero, por ningún lado, porque si vos le dejas al Estado se supone que eso iría salud a medio ambiente una cantidad de cosas, pero tenemos un Estado escuálido que tiene muy bajo presupuesto para todo y vos estás viviendo en un lugar que para nada tiene que ver con la realidad de tu país.

-Eso recién se vio con la pandemia del Covid-19 porque ahí el Estado no tenía recursos para brindar atención a la población, pese a los años de crecimiento macroeconómico

-Ese crecimiento nunca llega. Ese crecimiento no llega por ningún lado. Porque si llegara por impuestos eso se traduciría en infraestructura, en salud, en educación. No tendríamos, no es que no tendría el país, no debería estar endeudándose así como se están endeudando de una manera absolutamente irresponsable como Macri lo hizo en su período, verdad.

Entonces sí es un problema serio porque hay como una economía que no tiene ningún correlato en la generación de nuevos negocios. Al decirte nomás, por ejemplo que el 80% no el 90% de la economía en nuestro país se mueve en las pequeñas empresas y pequeñas muy pobres.

Estamos hablando de que el país se convirtió en vendedor de todo, vos te vas a Paraguay y vas a encontrar un mercado gigantesco por todos lados, en el colectivo, en las calles, lomiterías por todos lados, bodegas por todos lados.

Esto es un gran mercado porque al no tener opciones, al tener un modelo completamente extractivista y al expulsar a la sociedad campesina sin calificación y al no tener un modelo económico que le le le incorpore que hace la gente. Mira, vende todo lo que puede, o sea, de una sociedad campesina, estamos pasando a ser una sociedad de mercaderes; pero mal digamos.

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No es que estamos hablando de pequeños negocios, un buen café, un buen local, no, estamos hablando de vendedores ambulantes que te ofrecen de todo. Pasas la frontera nomás y te vas a encontrar con esa realidad.

No es que la gente del mundo campesino quiere pasar a ser vendedor, nada que ver eso. No hay opciones para ellos. Ese es el modelo extractivista, no se investiga no se procesa, no hay industria real de alimentos, hasta ese aceite de mierda que se produce en el país es horrible.

– Nosotros lo vemos acá, lo que viene a buscar los vecinos paraguayos son alimentos

-Sí, sí, es así eh.

Digamos por dónde nosotros podríamos salir por alimentación. Por la industria del cuero (obtenido de la ganadería, el otro gran negocio agrícola en Paraguay además de los comodities agropecuarios). Por un desarrollo de medianas industriales electro intensiva, o sea, por donde económicamente podemos salir. Pero esas cosas no se discuten.

Se mantiene el agronegocio del extractivismo, que nos sirve para estar ahí. Sin dar el salto económico que nos permita crecer y desarrollar todos los sectores. Lo mismo vemos en Argentina donde si bien hay un desarrollo incipiente de la industria no se aprovecha el boom de la producción de materias primas para impulsar la producción y el desarrollo tecnológico.

Lo mismo no se discute con seriedad que hacer con el narcotráfico, en Paraguay. Para mí es clarísimo el gran tráfico se regula controlando el espacio aéreo y la avionetas dejan de llegar y de salir del país y ahí ya evitas cosas más duras.

-Pero Paraguay es uno de los países, donde más ha trabajado la DEA e incluso tiene oficinas

-Bueno, hay que ver también, qué es lo que quiere la DEA, digamos. Porque nosotros suponemos que es una lucha contra el narcotráfico, verdad. Pero yo te doy un dato la vez pasada en el Senado se estuvo discutiendo como controlar el tráfico aéreo, verdad y se fue el un emisario de la embajada estadounidense dijo no, pero así como interviniendo en todas las cosas.

Planteó claramente que si empezaban a frenar los vuelos ellos le van a quitar la ayuda económica claro, entonces como es la cosa, o están en favor de la lucha o qué es lo que quieren. Porque si vos reconoces que el mayor tráfico te viene por arriba, no me vayan a buscar ahí en territorio, el que trabaja en territorio, qué hace. Vas a encontrar. Pero después se van a ir a otro lugar y así se van mudando a otro lugar, me entiendes. Pero la solución sería poner un radar, y un equipo de vigilancia y se empieza a controlar y a eso se opusieron.

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