La sorpresa de la crisis chilena
De algún modo todos nos vimos sorprendidos con las noticias de los disturbios y manifestaciones sociales en Chile. Nadie se imaginaba que el ejemplo a seguir en América Latina cayera en una crisis social tan profunda. Pero… ¿Por qué? ¿Qué pasó?
La economía chilena
A diferencia de Argentina, Ecuador o Bolivia, los problemas de Chile no tienen su origen en una crisis macroeconómica. A decir verdad, el país trasandino viene creciendo ininterrumpidamente desde hace décadas, con gran control de las variables macroeconómicas y cuentas fiscales muy ordenadas. Si se considera el crecimiento promedio de PIB que ha tenido Chile desde 1990 hasta 2015, la tasa de crecimiento promedio anual es del 5%. Aunque a partir del 2019 ese crecimiento se desaceleró, la economía sigue creciendo y se prevé que en 2023 Chile pueda pasar a pertenecer al grupo de países desarrollados. El modelo chileno también ha sido muy exitoso en bajar la pobreza, siendo el segundo país de América Latina (después de Uruguay) con menos pobres.
Sin embargo, a pesar del éxito del modelo económico chileno, tiene un gran problema puertas adentro que tiene que ver con la desigualdad en la distribución de los ingresos. Para demostrarlo, les presentaré un indicador conocido como coeficiente de Gini.
Coeficiente de Gini
El coeficiente o índice de Gini mide hasta qué punto la distribución del ingreso entre las personas u hogares, dentro de una economía, se aleja de una distribución perfectamente equitativa. Por lo tanto, un índice de Gini de 0 representa una equidad perfecta (todos ganan lo mismo), mientras que un índice de 100 representa una inequidad perfecta (una persona se queda con todos los ingresos y los demás no reciben nada).
Si analizamos los datos del Gini para el año 2018, Chile no es solamente el país de sudamérica más desigual de la OCDE, sino que se encuentra en el puesto número 13 como el país más desigual del mundo. Si lo comparamos con Argentina, en esto estamos mucho mejor, ya que ocupamos el puesto 46 del ranking.
Ranking de los países más desiguales | País | GINI año 2018 |
1 | Sudáfrica | 57,7 |
2 | Namibia | 55 |
3 | Sri Lanka | 51,4 |
4 | China | 51 |
5 | Zambia | 49,5 |
6 | Lesotho | 49,3 |
7 | Colombia | 48,9 |
8 | Honduras | 48,3 |
9 | India | 47,9 |
10 | Filipinas | 47,9 |
11 | Egipto | 47 |
12 | Panamá | 46,1 |
13 | Chile | 45,9 |
14 | México | 45,9 |
15 | Costa Rica | 45,7 |
46 | Argentina | 38,6 |
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, el ingreso medio mensual de los trabajadores en Chile es de U$s795 mensuales (aproximadamente unos $47.750 pesos argentinos), lo cual está bastante bien si lo analizamos desde nuestro punto de vista. Sin embargo, existe una gran brecha entre los ingresos de los más pobres (el 70% de los trabajadores tuvieron ingresos iguales o menores al ingreso medio) y también una gran brecha de género, ya que en promedio las mujeres chilenas ganan 17% menos que los hombres.
Estas diferencias salariales se acentúan aún más si las analizamos en base al nivel de educación, ya que en promedio, los trabajadores con educación universitaria ganan 2,4 veces más que los trabajadores con educación secundaria. El problema con ello es que acceder a la educación universitaria en Chile es sumamente costoso, porque su sistema educativo es esencialmente privado (sólo el 24,1% de los trabajadores chilenos cuentan con educación universitaria).
Hay numerosas universidades pagas cuyo nivel académico va de la mano con la restricción al acceso por examen de ingreso y recursos del estudiante. A su vez, las universidades que mantienen un financiamiento público con examen de ingreso, reciben mayormente estudiantes de colegios privados.
En 2011, durante el gobierno de Michelle Bachelet y luego de las protestas estudiantiles, se impulsaron algunas reformas importantes del sistema educativo que permitió el acceso de jóvenes de menores ingresos.
Sin embargo, el actual presidente Sebastián Piñera, intentó dar marcha atrás con muchas de estas medidas, ya que ve en la educación una industria con base en criterios “meritocráticos” y productivos.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile
También existen fuertes desigualdades en el sistema de salud y el sistema previsional, lo que restringe mucho las oportunidades de las personas que menos tienen en Chile.
Conclusión
El verdadero reclamo del pueblo chileno va mucho más allá de lo que pueden reflejar los indicadores macroeconómicos. Están pidiendo mayor igualdad de oportunidades. Es decir, están buscando que sus posibilidades no dependan tanto de la región del país en la que hayan nacido, de la familia que les tocó o de su género, sino que dependan de sus valores y esfuerzos, pero donde el Estado asegure puntos de partidas similares en la gran carrera de la vida. Si lo pensamos así, claramente el pueblo chileno está reclamando un verdadero desarrollo económico, más que un mero crecimiento de los ingresos. Pueden solucionarlo… Tienen los recursos para hacerlo sin comprometer su crecimiento. Quizás también es un llamado de atención para Paraguay que viene mostrando los resultados de un crecimiento sostenido con baja inflación: el derrame no se hace solo y como no es justo tener que repartir toda la torta con el que no hizo nada; tampoco es justo que el que le ponga la cereza se quede con todo.