“Desde las 10 explicaremos a un grupo de legisladores nacionales el impacto del DNU en la economía yerbatera. Explicaremos que en la yerba hay competencia IMPERFECTA, por eso el rol del Estado” explicó Gerardo Vallejos, referente de la federación de cooperativas en una entrevista en Radio Open 101.7.

“Le vamos a explicar a los legisladores que la economía yerbatera es por su naturaleza imperfecta, no tiene ni regulaciones de mercado, ni regulaciones globales como el café, que sin fijación de precios mínimos la rentabilidad se corta”, aseguró Vallejos.

Vallejos explicó que “estamos en consonancia con el comunicado que publicó el sector cooperativo, en tanto a la necesidad de dejar sentado las implicancias que tienen la quita de las facultades que le eran propias el Instituto Nacional de la Yerba Mate, tanto en lo referente a las cuestiones de sus registros, como también la posibilidad de fijar  precios, atendiendo las especiales características que tiene nuestra actividad yerbatera y esta desregulación golpea muy fuertemente al sector más débil de la cadena que son los productores, independientemente de otras consecuencias que son también nocivas para la actividad en general”.

Indicó que “no hay que olvidarse que hace veinte años la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate fue gestada desde la producción primaria, cuyas primeras reuniones se hicieron en la federación de cooperativa, lo hemos vivido y padecido en la época de los noventa cuando también el valor del precio de la hoja verde era tan bajo que el productor abandonó sus propios yerbales y toda la consecuencia que eso trae aparejada. Esta desregulación tan violenta trae a los recuerdos de la producción del sector y de la actividad en general esos momentos y esa época a los cuales uno no se puede permitir volver”.

“Las especiales características que tiene la actividad y en especial la yerba mate hace necesario un control que regule la oferta y la demanda, porque no es posible en atendiendo estas especiales características, dejar que el precio esté librado a estas cuestiones o estas dos particularidades que son oferta y demanda, atendiendo que tenemos un mercado acotado, por lo tanto, si no tenemos la posibilidad de colocar excedentes ya sea en un mercado interno que se mueve con muy pocas variaciones anuales, la yerba está en doscientos cincuenta, doscientos ochenta millones de kilos anuales, ese excedente inexorablemente lo va a pegar en el precio del producto que termina impactando en el eslabón más débil de la cadena, que es el productor, porque evidentemente todos los ajustes vienen hacia abajo”, complementó el cooperativista.

“Más allá de todas las imperfecciones que podemos acotarlo al instituto creo que ha sido una herramienta que los últimos años ha servido para poder tener equilibrio mediante un precio justo para el sector, para la actividad yerbatera en general y para los sectores más débiles de la cadena. Esto está claramente demostrado que en los últimos siete años el precio de la yerba ha servido para que el productor pueda tener un mejor pasar, una mejor condición de vida, atendiendo sobre todo que la moral productiva de la actividad yerbatera en Misiones, está asentada sobre la base de pequeños productores y si nosotros descuidamos eso estamos provocando un serio problema en la resultante de eso que es no proteger la actividad y su implicancia que tiene dentro del tejido social, más de la familia productora”, continuo.

Sobre la reunión de este miércoles, dijo que “nosotros hoy tenemos una reunión con un cuerpo de legisladores que forman parte de la conformación de la mesa de economía regional, ahí vamos a explicar y plantear las particularidades y las razones por las que se hace que el instituto siga manteniendo sus especiales funciones que hoy el decreto 70/23 mediante le fueron anulados o modificadas. Nosotros necesitamos que  el INYM más allá de cualquier imperfección que pueden ser tenido en cuenta y que son cuestiones que pueden perfeccionarse o corregirse,  es una herramienta que ha servido y mucho para la actividad yerbatera, si se le quitan esas funciones de registros de poder establecer precios, me parece que le quitan las vitales funciones que le son propias al instituto y que en definitiva van a terminar castigando a la actividad en general, si no cuidamos y no tratamos de regular la oferta y la demanda es inexorable, sus consecuencias negativas que va a tener”.

El comunicado del sector Cooperativo en defensa del rol del INYM:

Las cooperativas agrícolas yerbateras de la zona productora, reunidas en asamblea el día 3 de enero de 2024, en la ciudad de Guaraní, departamento de Oberá, Misiones, considerando lo establecido en el DNU Nº 70/2023,del poder ejecutivo nacional, respecto al cambio de las funciones atribuibles al Instituto Nacional de la Yerba Mate (Ley 25.564), en los artículos 164 al 168 de este.Entre los cuales deja sin efecto varias de sus principales funciones como la de establecer precios mínimos para la materia prima, llevar adelante registros y velar por el equilibrio entre la oferta y demanda, consideran por mayoría de los presentes que los cambios de estas funciones producirán un impacto negativo para la actividad yerbatera.

Queremos destacar que incluso los países más avanzados protegen sus producciones sensibles mediante intervenciones que regulan volúmenes y precios. Para el caso de la yerba mate, atendiendo a sus especiales características de mercado de competencia imperfecta (oligopsonio),entendemos necesaria la regulación para cuidar nuestra actividad con especial atención a los pequeños productores que constituyen la modal productiva yerbatera del país y son el eslabón más débil.

Consideramos que los extremos siempre son nocivos, tanto una excesiva regulación como la absoluta desregulación no son soluciones, porque conocemos las consecuencias perniciosas que el libre juego de la oferta y demanda provocan en la cadena, como se dio en la década del 90`.

Por lo expuesto, queremos comunicar nuestra profunda convicción de que el Instituto Nacional de la Yerba mate, debe seguir cumpliendo sus funciones como ente regulador de la actividad yerbatera, con todas las atribuciones que originalmente le fueron otorgadas en la Ley 25.564, velando así por todos los integrantes la cadena.

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