
Misiones es excepción: la Corte Suprema requirió a cuatro provincias que informen sobre el desmonte del hábitat del yaguareté
La Corte Suprema de Justicia requirió a las provincias de Chaco, Salta, Formosa y Santiago del Estero que, dentro de los 30 días, informen sobre el desmonte de territorios locales en los que habita el yaguareté, informaron fuentes judiciales.
La Corte tomó hoy esa decisión, también dirigida al Estado Nacional y a la Administración de Parques Naciones, al declarar su “competencia originaria” para intervenir en forma directa en la acción de amparo promovida por Greenpace Argentina, para impedir el desmonte de esas tierras.
En su demanda, Greenpace Argentina reclamó la conservación y preservación del hábitat del yaguareté, a cuya especie consideraron como un “sujeto de derecho” en peligro de extinción, y pidió el dictado de una medida cautelar para que se suspenda el desmonte para toda actividad agro-ganadera.
Para determinar su intervención directa en la causa, la Corte tuvo en cuenta que se trata de la protección de un bien jurídico federal, con tutela de una ley nacional y que la otra parte del conflicto son la Nación y cuatro estados provinciales.
El fallo unánime con el que la Corte ordenó producir los informes que establece el artículo 8 de la ley 16.986 (de amparo) en el plazo de 30 días, fue firmado hoy en forma digital por su presidente Horacio Rosatti, y los ministros Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.
Misiones es la única provincia que preserva selva, que es el hábitat del yaguareté. Según el último relevamiento de Vida Silvestre, se estima que hay 93 felinos en estado salvaje, tres más que en 2021, cuando había 90 registros.
Los resultados del monitoreo indican que, en comparación con datos previos, la población se encuentra estable, con un tamaño total estimado entre 72 y 122 yaguaretés (con una media de 93). El estudio se realiza sobre el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná en el mundo, integrado por la selva misionera (de Argentina) y los Parques do Iguacu y do Turvo (de Brasil).

La conservación de este felino va mucho más allá de la protección de una sola especie. La conservación exitosa del yaguareté es fundamental para mantener los bosques saludables, las reservas de carbono, la biodiversidad, la disponibilidad de agua y el patrimonio natural y cultural. Estos esfuerzos no solo protegen toda la vida silvestre en el paisaje que representa el hábitat del yaguareté, sino que también ayudan a diversificar las oportunidades económicas para las comunidades locales y contribuyen a mitigar y adaptarse al cambio climático global.
El estudio de Vida Silvestre señala que el yaguareté ha logrado salir del estado crítico en el que se encontraba hace un par de décadas, cuando estuvo muy cerca de la extinción local. Este hecho debe ser reconocido y celebrado. Pero al mismo tiempo, el reciente estudio sugiere que la población de yaguaretés dejó de crecer, aun habiendo hábitat suficiente para más animales. Existen todavía obstáculos que impiden su recuperación definitiva, es decir, para que la población de yaguaretés del Bosque Atlántico logre alejarse definitivamente de la situación de amenaza en la que subsiste hoy en día.