Decir que los videojuegos ya no son sólo un instrumento meramente recreacional, resulta trillado. Especificar sus bondades pedagógicas, laborales y médicas sería caer casi en una obviedad, pero nunca está de más recordarlo.

Esto fue producto del crecimiento de la Industria 4.0, que nuclea el desarrollo de diferentes TIC y la programación de videojuegos. No obstante, como todo eslabón productivo, se encuentra atravesado por prácticas y paradigmas ya obsoletos, sobre todo a lo que se refiere en materia de equidad y género.

“Una cosa a aclarar siempre es que los videojuegos no tienen ni una edad, ni un género al que estén apuntados, son para todo el mundo”, puntualizó a Economis, la licenciada en Ciencias de la Computación Valeria Colombo, Head de Ingeniería de la empresa Etermax, conocida por desarrollar juegos como Preguntados y Apalabrados.

Colombo trabaja hace 14 años en el rubro de programación, especializándose en la materia y en el activismo, para fomentar el uso y desarrollo de videojuegos. “No hay ninguna persona que no tenga derecho a entretenerse en un videojuego y también está el tema de que lo mejor no son solo para entretenerse”, agregó.

Con un amplio recorrido en la industria, Colombo conoce de primera mano cómo las brechas de género, tan presentes en diferentes ámbitos laborales, se encuentran muy presentes en el universo de la programación y desarrollo de videojuegos.

“Cuando se iniciaron los videojuegos y en las primeras consolas, parte de lo que vendían como el sueño americano siempre era la familia tipo donde está el padre, la madre, el nene jugando videojuegos y la nena jugando con las muñecas y a partir de ahí se creó esta falacia de que los videojuegos sólo son para niños y no es así”, aseveró.

Según las estadísticas presentadas por la profesional, un 49% de las personas gamers del mundo son mujeres. Sin embargo, en cuanto a lo que es la industria de desarrollo tanto a nivel Argentina, como a nivel mundial, son muchas menos mujeres en puestos altos, que en puestos ejecutivos.

“Somos muchas desarrolladoras, no tanto así en lo que es programación, pero el desarrollo de videojuegos no es sólo programación. Hay otras áreas como arte, música, escritura, actuación de voz”, especificó y agregó que en todas esas otras áreas hay un balance en la cantidad de mujeres y hombres, a diferencia de la programación y en el porcentaje de mujeres en puestos ejecutivos o directivos que es significativamente más bajo.

La lucha de las mujeres en la industria es, al igual que en otras, lograr mayor visibilidad y políticas de estado de real impacto para tener las mismas oportunidades que sus colegas hombres. Un ejemplo claro son las licencias de paternidad, que otorgan a los padres varones 10 días de licencia, mientras que a las madres gestantes 3 meses.

“Eso marca que, cuando alguien va a tomar una mujer en un puesto importante va a decir Ah, no, si tiene hijos, la mujer desaparece. Si los hombres tuvieran la misma cantidad de tiempo no habría diferencias. Entonces ese tipo de leyes estatales haría que haya menos brecha de género en esos puestos” ejemplificó.

Ser gamer no es sólo jugar en consolas

La aplicación de los videojuegos en la pedagogía, para el desarrollo de habilidades cognitivas, en la medicina y ambientes laborales prueban la universalidad de una herramienta versátil para la cotidianeidad, en el cual pocas personas escapan.

“Hoy en día, todo el mundo tiene un celular en el bolsillo o sea que todo el mundo tiene acceso a videojuegos y capaz a veces hay gente que está jugando al Candy Crush y te dicen: Yo no soy gamer y yo les digo, pero está jugando, o sea, en este momento está jugando un videojuego, o sea que si sos gamer”, detalló.

Hoy en día hay videojuegos aplicados a la educación, a la salud, hay juegos que ayudan a rehabilitación de personas con fobias o personas que tienen estrés postraumático. También se usan para entrenamiento de conducción, formación médica, militar, entre otros tipos de aplicaciones, como para hacer activismo, así que sí, no son solo entretenimiento hoy en día.

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