La crisis de ingresos también golpea a los municipios misioneros
En línea con lo que ya hablamos la semana pasada referido al golpe que sufrieron los ingresos provinciales de la mano de un combo letal como ser caída de la recaudación y escalada inflacionaria, los municipios no han sido la excepción.
Cabe recordar que la coparticipación municipal en Misiones tiene un régimen que está naturalmente atado a la evolución de la coparticipación federal (12% de la misma se destina a la masa coparticipable municipal) y a la recaudación local, donde a la masa coparticipable municipal va el 12% de lo percibido por Ingresos Brutos, el 12% del impuesto a los Sellos y el 12% del impuesto Automotor (aplicable sobre el 25% de ese tributo). Lógicamente, en un año donde la coparticipación federal cerró con caídas y la recaudación local tuvo vaivenes, los recursos que se distribuyen a los municipios tendrán también una tendencia a la baja.
En todo el 2023, la coparticipación bruta a municipios de Misiones fue por $ 61.232 millones, siendo una cifra récord en moneda corriente. El año 2022 había cerrado con envíos por $ 28.300 millones, por lo que la variación nominal anual fue del 116,4%. Sin embargo, el régimen de superinflación, acelerado aún más en diciembre, destrozó el poder de compra de esos pesos, provocando que en términos reales la coparticipación municipal haya cerrado 6,2% debajo del 2022, una caída que es superior a la observada en la coparticipación federal por lo cual se puede prever que la recaudación local empujó un poco más a la baja a los recursos municipales.
Así, en el 2023 la coparticipación misionera presentó su primer descenso real en cuatro años. En el 2020, mostró una suba anual real del 0,6%; en 2021 fue de +18% y de +7% en 2022.
La evolución durante el año de estos recursos fue altamente volátil pero con signos negativos en gran parte del año: el primer trimestre registró bajas en enero y marzo; durante el segundo trimestre solo hubo subas reales en mayo; y durante todo el tercer y cuarto trimestre, la coparticipación municipal mostró caídas, en una línea de comportamiento muy similares a la observada en el esquema de reparto de recursos federales.
Entre los municipios misioneros, la distribución es similar a la de años previos: Posadas se quedó con el 25% de la distribución total del año; Oberá y Eldorado le siguen con el 6,9% y 5,7% del reparto; Puerto Iguazú, Apóstoles y Leandro N. Alem continúan con niveles de participación de entre el 3,0% y 3,7% de la distribución. En el otro extremo de la tabla, un grupo de ocho municipios (Gral. Alvear, Arroyo del Medio, Loreto, Fachinal, Cerro Cora, Martires, Almafuerte y Profundidad) muestran los niveles más bajos de participación con el 0,3% del total distribuido en cada caso. Hay otros tres municipios que tuvieron un 0,2% de participación, pero corresponde a los municipios “nuevos” que se rigen por un esquema de suba fija (con ciertos aumentos no atados a la recaudación) que son Salto Encantado, Pozo Azul y el más nuevo, Fracrán, creado hace poco más de un año.
Como era de esperarse, ningún municipio misionero logró cerrar el año con alzas, aunque hay ciertas diferencias en el desempeño anual de los fondos captados. Garupá, a partir de esquemas de montos adicionales que son fijados en el presupuesto provincial cada año, mostró el descenso real más bajo entre los municipios misioneros en 2023 (-2,3%); a su vez, un grupo de 63 municipios mostró bajas del 6,3%; en dos (Posadas y San Ignacio) el descenso fue del 6,5%; en El Alcazar fue -6,7%; -7,0% en Gra. Belgrano / San Antonio; -7,4% en Candelaria; -7,8% en San Vicente; -8,0% en San Pedro; -8,3% en B. de Irigoyen; -8,6% en El Soberbio; -8,8% en Dos de Mayo y cierra Comandante Andresito con -9,3%.
En el plano nacional, tampoco le fue bien a los municipios misioneros. Los recursos que le llegaron de manera directa de la administración nacional fueron por solo $ 2.642 millones, sufriendo una caída real contra el año anterior del 18%, por encima de la caída general de transferencias a municipios de país que fue del 14%. En este marco, se destaca que el programa nacional que más fondos bajó a los municipios de Misiones fue el Programa Nacional de Parques Industriales ($ 591 millones) y de cerca le siguen los fondos para desarrollo de Infraestructura Urbana del Plan Argentina Hace ($ 501 millones); fondos de apoyo para la Construcción de Parques Públicos ($ 456 millones); y para desarrollo de Infraestructura de Agua Potable y Saneamiento del Plan Argentina Hace ($ 342 millones).
Bastante por debajo, llegaron fondos para Ordenamiento del Transporte Masivo ($ 130 millones); Asistencia a Municipios para Infraestructura Social ($ 114 millones); Emergencia Social para Catástrofes o Emergencias Climáticas ($ 40 millones); entre otras cosas.
Pese al desempeño negativo de estos recursos nacionales para los municipios, se puede destacar el hecho de que Misiones fue la provincia que recibió el mayor volumen de esos fondos en el NEA y que tuvo además, la caída más leve en la región.
Queda claro que con el cierre altamente negativo del 2023 en materia fiscal, tanto la provincia por su lado como los municipios por el suyo enfrentan un inicio del 2024 con complicaciones y sin un horizonte demasiado claro ni mucho menos alentador. En los gobiernos locales misioneros además, hay factores que influyen fuertemente en su propia dinámica económica: desde la producción yerbatera o tealera hasta el comercio de frontera en otros casos. El problema surge en el hecho de que gran parte (por no decir todos) los aspectos más competitivos de los municipios misioneros hoy están en juego por las medidas nacionales, sin que los gobiernos locales tengan demasiadas herramientas para contrarrestarlos.
La negociación política del gobierno provincial cobrará especial relevancia en dos vías: hacia arriba, con la nación, para conseguir financiamiento, continuidad de programas y/o medidas tendientes a, por lo menos, sostener una gran parte de la dinámica económica local; hacia abajo, con los municipios, con el objetivo de sostenerlos hasta tanto se tenga mayor certidumbre del rumbo de la economía del país.