Bienvenidos a mi humilde columna, queridos lectores. 

Antes que nada, mis felicitaciones a los hermanos correntinos que, pese a las críticas e insultos que realizó nuestro presidente por gastar guita de los impuestos de la gente en shows corruptos de la casta y en festivales, obtuvieron por parte de nuestro líder libertario, justamente 1000 palos para televisar el carnaval de Corrientes. ¡¡¡La tenés adentro Rio de Janeiro y tu carnaval pedorro!!!  Mientras tanto, el Fondo de Incentivo Docente puede esperar ¿o no? Vayan a ver el carnaval de Corrientes. Lo primero es lo primero.

Desde este espacio o columna berreta, como le quieran llamar, en mi carácter de asesor del círculo libertario, me gustaría sugerirle a Javier que deje de desperdiciar adjetivos denigrantes contra los políticos, porque aunque recién empieza, él es un político rodeado de políticos y haciendo política. Y a esta altura, quedó más que claro que lo que le irrita no son sólo los políticos en general, sino también los artistas, los periodistas, los futbolistas, el obrero de la esquina, etc., que no comparten su pensamiento o que critican su manera particular de gobernar. 

Ahora sí -y en línea con esa coherencia a la que nos está acostumbrando Peluca- vamos a repasar el más reciente episodio gubernamental de “X Wars: Argentina Edition”. Es que el presidente Javier Milei y la inigualable Lali Espósito esta semana protagonizaron un enfrentamiento digital digno de un estadista buscando revertir un país donde hay hambre, indigencia, pobreza e inseguridad; con una clase media sin destino y con una sensación cada vez más persistente de que al futuro hay que decirle que no venga. Por favor.

Mientras la mayoría lucha por su economía, otros parecen tener tiempo para afinar sus habilidades en la arena de las redes sociales.

Lali, una artista consagrada y querida vs. el presidente Milei. Este hombre que destila carisma y políticas económicas, decidió lanzarse al mundo de la farándula al afirmar que la artista vive de los shows que las provincias pagan. ¡Ay señor presidente, quién iba a pensar que su próximo oponente no sería otro político, sino una estrella pop! Hasta Hamas veníamos más o menos bien, pero acá -humildemente se lo digo- se fue al pasto.

Desde luego, no podemos ignorar la astuta respuesta de Lali, que con su gracia y elegancia podría enseñarle a más de uno cómo manejar una pelea en 280 caracteres. “Querido presidente, vivo de los shows sí, pero también de mi talento, algo que no se mide en decretos económicos”, escribió la diva pop, palabras más, palabras menos.

La situación rápidamente se convirtió en comedia, con la audiencia dividida entre aquellos que esperan ansiosos el próximo episodio y aquellos que piensan que deberíamos estar discutiendo temas más importantes. Creo que lo primero es lo más importante, en un país al que solamente le falta 44 años y 10 meses para ser Irlanda ¿No?

En lugar de un debate sobre la economía, el hambre o la cultura, nos encontramos con un duelo de ingenio en 280 caracteres. Me pregunto si el próximo paso será una colaboración musical para unificar a la Nación, quizás podríamos resolver la inflación con un nuevo hit pegajoso.

En fin, la política argentina -que en Javier no es política- nunca deja de sorprendernos. 

Por otro lado, en ese fascinante mundo de incoherencias, el Javi ha elevado la contradicción a una forma de arte, demostrando que ser incoherente no es simplemente un defecto, sino una virtud. Un ejemplo entre tantos es lo que ocurrió con el Papa Francisco, era satanás en la tierra y luego como cordero degollado le pidió un abrazo y ahora lo admira. 

Propio de un líder despeinado, este experto en incoherencias tiene la habilidad de dejar a cualquiera rascándose la cabeza, preguntándose si acaso ha entrado en un universo paralelo donde las reglas del sentido común no se aplican. 

Su creatividad desborda como una taza mal vertida, desbordante para insultar a cualquiera y crear conexiones abstractas que desafían las leyes de la lógica. Desde comparar manzanas con unicornios, hasta encontrar similitudes entre el café y la teoría de cuerdas.

Y, finalmente el “multitasking”: ¿Por qué conformarse con una línea de pensamiento cuando se pueden tener varias simultáneamente y cambiar de una a otra sin previo aviso? El virtuoso de la incoherencia es capaz de sostener debates mentales internos dignos. Mientras algunos se esfuerzan por expresarse de manera clara y precisa, el campeón incoherente domina el arte de la elocuencia caótica. Sus discursos son como un rompecabezas lingüístico, donde cada palabra es una pieza que no encaja con otra, pero de alguna manera, forma parte de un todo extrañamente fascinante.

En fin, en el mientras tanto, los ciudadanos libertarios estamos ansiosos por saber quién será el siguiente en unirse a esta divertida y surrealista batalla virtual. Nos importa más eso que la economía y llegar a fin de mes. ¡Ah, me olvidaba, este mes sube todo de nuevo!

Pero no todas son pálidas, en breve Javi y su hermana vuelven a los paseos aéreos y se van a visitar a Donald Trump. Sí amigo lector, es una visita fundamental para todo lo que estamos hablando en esta columna. Un dato irrelevante, la pobreza llegó a 57,4% según el último informe de la UCA. Es el valor más alto en 20 años. 

Por último, una aclaración: podemos señalar a nuestro líder y presidente por sus acciones o por lo que planea hacer, pero no es el único responsable del caos en que está metida esta desafortunada Nación. Sí podemos reprocharles a todos los gobernantes anteriores por la creación y ascenso al poder de Peluca. 

Bueno gente, ustedes ya lo entienden: De un lado de la reja está la realidad, del otro lado también está la realidad y lo único irreal es la reja. 

Les dejo, me voy a poner un tema de Lali. “Siempre a favor del más débil”, decía un profe de la vida. 

Hasta la próxima.

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