Cumbre económica del G20 termina sin consenso en Brasil por divergencias sobre Ucrania y Gaza
La primera cumbre de 2024 del área financiera del G20, que reúne a los principales países del mundo, terminó en la ciudad de San Pablo, Brasil, sin un documento a causa de la falta de consenso entre algunos países, entre ellos los europeos, que querían abordar en medio de una declaración sobre economía posiciones geopolíticas sobre la guerra de Ucrania y de Gaza.
Así lo informó el coordinador del evento, el ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, quien admitió las divergencias de los países para hacer la declaración final.
Sin embargo, anunció que la presidencia del G20 a cargo de Brasil emitirá un comunicado con los puntos consensuados en el área económica.
“Como suele suceder, muchas veces no es posible llegar a un comunicado, se intentaron agregar temas del ámbito geopolítico en lo que es el capítulo financiero del G20”, dijo Haddad en conferencia de prensa.
Haddad se quejó de que algunos países a los que no identificó buscaron colocar cuestiones externas al asunto de finanzas, economía, desigualdad y lucha contra la pobreza que el resto no aceptó.
Francia y Alemania habían expresado mediante sus delegaciones que lucharían por incluir una declaración contra Rusia en el documento por la guerra en Ucrania.
“Esperábamos que las cuestiones más sensibles a la geopolítica se debatieran exclusivamente en el grupo diplomático, entre los sherpas. Imaginamos que esta división podría ocurrir”, agregó Haddad.
Los conflictos geopolíticos en Gaza y Ucrania también provocaron una falta de acuerdo en la cumbre de cancilleres de Río de Janeiro.
Los países del G7 se mostraron más comprometidos a condenar la invasión rusa de Ucrania, mientras que la cuestión fue considerada más lateral por las economías del llamado Sur Global. También hubo dudas sobre cómo referirse al conflicto en Israel, con mención al país o simplemente haciendo referencia a la “crisis humanitaria en Gaza”.
Brasil prepara con estas reuniones la cumbre presidencial de noviembre en Río de Janeiro de los miembros del G20 con la impronta de su agenda doméstica, como el combate a las desigualdades y la lucha contra la pobreza, dos banderas históricas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Haddad ya había admitido divergencias sobre la propuesta brasileña de crear un impuesto global mínimo para los superricos en el marco de las políticas contra el hambre y la desigualdad.
Haddad reconoció diferentes “visiones” sobre el proyecto de tributación internacional a los billonarios por medio de un impuesto global que propone el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para incorporar a la agenda del G20, cuyas resoluciones se dan por consenso.
En ese marco, Haddad anunció en su discurso de apertura de la segunda y última sesión, que el tema quedará para la próxima reunión de julio entre los ministros de Finanzas de las mayores economías del planeta, entre las cuales se encuentra representada la Argentina.
“Quiero anunciar que esta Presidencia intentará construir una Declaración del G20 sobre fiscalidad internacional hasta nuestra reunión ministerial en julio. Consultaremos a todos los miembros y trabajaremos juntos para tener un documento equilibrado, pero ambicioso, que refleje nuestras aspiraciones legítimas”, enfatizó.
“Brasil quiere que el tema de la reunión se ocupe de finanzas y combate a la pobreza, la agenda interministerial de Finanzas. La reunión de cancilleres aborda los temas de la guerra”, dijo a Télam una fuente diplomática brasileña.
El ministro Haddad insistió hoy en incluir el tema de la tributación a los superricos, en la única declaración transmitida al público de la reunión que se realiza en el edificio de la Bienal de San Pablo en el Parque Ibirapuera de la capital económica y financiera de Brasil.
“A pesar de los avances recientes, es un hecho incuestionable que los multimillonarios del mundo continúan evadiendo nuestros sistemas tributarios a través de una serie de estrategias”, enfatizó.
El ministro citó la reforma tributaria aprobada en 2023 por el gobierno del Lula, y explicó que la solución de la evasión fiscal de las grandes fortunas debe ser uno de los temas a tratar en forma conjunta y en cooperación entre los países.
“Soluciones efectivas para los súperricos pagar su contribución justa en impuestos depende de la cooperación internacional. Esta cooperación ya existe. En los últimos diez años hemos logrado avances muy importantes en áreas como el intercambio de información, la transparencia y los niveles mínimos de impuestos”, agregó.
La reunión contó en peso con la cúpula financiera mundial, con las autoriades del FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y el Nuevo Banco de Desarrollo (el banco de los Brics).
Durante los cuatro días de trabajo -dos de los cuales con ministros y presidentes de banco centrales- aparecieron divididos el llamado Sur Global con los países del G7.
Al punto que tanto el G7 como los Brics mantuvieron reuniones ministeriales en el pabellón de la Bienal de San Pablo, en el Parque Ibirapuera.