El rumbo en crisis

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El desempleo en la Argentina ya alcanza al 9,6 por ciento de la población y es la cifra más alta en los últimos doce años. La inflación proyectada para el fin de año es del 45 por ciento. La deuda pública representará a fines de diciembre al 87 por ciento del PBI, con un salto desde el 57,1 de hace unos meses. El cálculo más pesimista, en medio de las negociaciones con Christine Lagarde, era que la deuda cerrara en 68,6 por ciento.
Ante el fracaso de las expectativas, el propio Fondo Monetario Internacional comenzó a dictar sus recetas al equipo económico para poder contener la inflación: en lugar de metas, se restringe el circulante en la economía. Clásico del ajuste ortodoxo.
No es una casualidad, sino una consecuencia de un modelo que ya fue aplicado sin éxito en la Argentina, hace no demasiado tiempo.
El desempleo roza los dos dígitos, porcentaje similar al de la crisis global de 2009. Solo que ahora no hay tormenta global.
El sociólogo Daniel Schteingart explica que “entre los segundos trimestres de 2017 y 2018, la desocupación pasó del 8,7% al 9,6%, lo que representa 250.000 desocupados nuevos aproximadamente. Eso mismo se dio en un marco de expansión del empleo (por encima del crecimiento de la población, unos 400.000 puestos, que se explican íntegramente por el empleo asalariado en negro y, sobre todo, por el cuentapropismo). El especialista agrega que el mercado laboral hoy es más precario. “En el segundo trimestre de 2017, de cada 100 trabajadores, 50 eran asalariados en blanco. Un año más tarde, esa cifra cayó a 49”. También teme que este no sea el techo, ya que todavía no se aprecian los efectos de la corrida cambiaria y la suba de tasas que ahogó a las pymes. La pobreza también tendrá un alza sobre fin de año, aunque organizaciones como la Universidad Católica Argentina ya advierten que está por encima de 2014 y 2015.  
El Gobierno mantiene el optimismo y asegura que esta vez, contra todos los pronósticos, el resultado será diferente. “El aumento del desempleo nos duele, sabemos que tenemos que trabajar para revertir esa situación. Pero también hay que recordar el contrafáctico de qué hubiera pasado. Miremos Venezuela con un 85 por ciento de pobreza. Tenemos que recordarlo siempre”, se comparó Nicolás Dujovne.
Pero las políticas de ajuste siguen y todavía no se aprecian en su magnitud el impacto de la megadevaluación y el nuevo dólar caro que llegó para quedarse.
 La recesión es tal que el propio Gobierno admite en el proyecto de Presupuesto que la economía caerá dos años seguidos, 2,4 puntos este año y medio punto en 2019.
En el optimista proyecto, la inflación es de 23 por ciento para 2019, pero el FMI definió que esa meta ya no importa demasiado.
El texto mismo se disculpa y advierte que todas las variables pueden ser modificadas por cuestiones endógenas y exógenas. La tormenta parece no haber pasado. La a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estima que la economía argentina caerá un 1,9% este año. Hace apenas cuatro meses su pronóstico era que el PBI argentino iba a crecer un 2 por ciento. Para el año que viene, el organismo estima que la Argentina avanzará un 0,1%, frente al 2,5% de crecimiento que había estimado en mayo
En el presupuesto no se incluye ninguna medida de reactivación de la economía y hasta la fundación Mediterránea, un think thank amigable con el Gobierno, advierte que el 80 por ciento del ajuste fiscal previsto, obedece a suba de impuestos o recorte de inversión pública. Hasta la promesa de “ningún trabajador pagará Ganancias” quedó en el arcón de los recuerdos: trabajadores y jubilados pagarán más impuestos para achicar el déficit.
Pero se celebra que “Argentina tendrá su primera depreciación real significativa sin hiper, sin controles de cambio y sin default desde los años 60”, como apuntó el ex vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach.
El presupuesto contiene para Misiones 29 por ciento más de recursos que este año. El diputado nacional Luis Pastori lo presentó como un triunfo y repasó números obviando los más importantes. Con una inflación actual del 45, más una del 23 el año que viene (68 por ciento acumulada), con un peso que vale la mitad que hace un mes, en realidad debe hablarse de un enorme ajuste.
Misiones recibirá 54 mil millones de pesos de la Nación, un 29 por ciento más que este año, pero al menos quince puntos debajo de la línea de inflación de este año, que alcanzaría el 45 por ciento, la suba de precios más alta desde 1991.
Este año el presupuesto prevé una distribución de 41 mil millones, aunque el valor del peso se depreció casi 50 por ciento con la última corrida cambiaria que disparó el dólar a 40 pesos. Es decir, el dinero vale la mitad que hace un par de meses. Según los datos oficiales, el Presupuesto asigna a Misiones por coparticipación 43.755 millones, mientras que el resto será asignado por los organismos nacionales que tienen oficinas locales. En proyectos de infraestructura ejecutados por Nación en Misiones, se calcula un presupuesto mínimo, de unos 600 millones.
Pastori hizo los deberes y defendió cada una de las medidas de ajuste para alcanzar el déficit cero, meta exigida nuevamente por el FMI, al igual que durante el breve paso de la alianza por el Gobierno, cuando se convirtió en ley en julio de 2001 e impuso el recorte salarial del 13 por ciento.
Pero el énfasis en la defensa del modelo, no parece ser suficiente para que Pastori integre la fórmula provincial en 2019. El veterano radical se mide en las encuestas, pero los socios del PRO lo descartan como eventual acompañante de Humberto Schiavoni. El presidente del PRO es el número puesto para encabezar la nómina, pero todo dependerá de cómo marcha la economía. El senador confía en que Macri irá por la reelección como “candidato natural”.  
Hace unos días los integrantes de Cambiemos en Misiones se reunieron para afinar el lápiz de cara a 2019. Candidatos, escenarios y rivales estuvieron en la mesa de análisis. Para algunos, optimismo puro en materia económica. Otros, más realistas, esperan que para abril haya noticias positivas que permitan arrancar la campaña con convencimiento. Lo curioso es que el propio Pastori, hace unas semanas había pronosticado buenas noticias para diciembre. Por si fallan los pronósticos, Alex Ziegler saldría del ostracismo para volver a probar suerte como candidato, aunque otros sostienen que debe hacer “méritos” en Eldorado antes de exigir nuevos espacios.
El optimismo de Cambiemos contrasta con la sensación térmica que comienzan a captar los principales encuestadores: hay coincidencia en que la idea de la “pesada herencia” ya no es responsable de los problemas económicos, que preocupan con mayor intensidad a los argentinos.  
La consultora Synopsis revela que el 58 por ciento de los argentinos se sienten agobiados por los problemas económicos. Y, que, por primera vez, más de la mitad cree que el rumbo económico tomado por el Gobierno, es equivocado.

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La consultora CEOP eleva al 71,3 el porcentaje de argentinos preocupados por la marcha de la economía y a 60,9 por ciento la imagen negativa del Presidente, con un nivel de desconfianza que se eleva a 69,5. Como Synopsis, también preguntó por el “rumbo”: el 67,6 respondió que era equivocado y solo 34,6 por ciento cree que es el kirchnerismo el responsable de la crisis actual.
El consultor Gustavo Córdoba juega con la grieta. Visualiza que el 45,9 cree que Cristina es responsable de la crisis, pero el 41,8 culpa a Macri. El espejo se refleja también en la intención de voto, aunque con un techo más bajo, cercano al 30 por ciento.  
Ricardo Rouvier agrega que “aunque los porcentajes indican un empate técnico, por primera vez en nuestra medición, Cristina Fernández de Kirchner aventaja al actual Presidente en un balotaje. Sin embargo hay que destacar entre quienes no votarían a ninguno y los indecisos suman un 20%”. Rouvier relevó que “un escenario q contuviera hoy las candidaturas de Cristina y Macri, dividiría al electorado en tres, pero si Cristina no está en el escenario, Macri conserva su porcentaje y crece el resto”.
Trabajando intensamente para que los efectos de la crisis se sientan lo menos posible en Misiones, el gobernador Hugo Passalacqua sorprendió con un anuncio anticipado a contramano de los recortes que aplica la Nación. El viernes, a las 7 en punto de la mañana, presentó el “bono navideño” de cuatro mil pesos que se repartirá entre todos los empleados estatales en tres cuotas.


En total, se inyectarán a la economía, 300 millones de pesos. Lejos de la contracción, la idea del Gobierno es impulsar la economía para sostener la actividad.
Los resultados están a la vista de una política que es sostenida en medio del tembladeral. Posadas es una de las ciudades con menor desempleo del país y a diferencia de otras ciudades, aquí bajó el número de personas sin trabajo.
Las causas son múltiples, pero el Ahora Misiones y sus derivados, como el Ahora Pan, Ahora Gas o el último Ahora Góndola, los subsidios a la tarifa eléctrica y hasta el pago al día de los salarios, garantizan un flujo económico que envidian en otras latitudes.
Los intendentes festejaron como un gol sobre la hora la recuperación de 140 millones de pesos de “compensación” por la pérdida del Fondo de la Soja y, aunque para el año que viene no hay buenas perspectivas, por lo menos no sufrirán el cimbronazo sobre fin de año.
Así como hace unas semanas en San Ignacio, los alcaldes se reunieron ahora en Montecarlo para analizar el escenario económico y marcar diferencias con la Nación. El secretario de Hacienda, Adolfo Safrán y el vicegobernador Oscar Herrera Ahuad cerraron el encuentro con una premisa: la fortaleza de la Renovación para pilotear las crisis.

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