La construcción no tracciona y la madera depende de las exportaciones para sostener la actividad
FAIMA reportó que la industria de la madera sigue en niveles bajos. En agosto 2025, las ventas internas no repuntan y las exportaciones de pino crecen 34,5%.
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La industria de la madera y el mueble sigue sin señales de reactivación, ventas internas en mínimos y exportaciones como único motor
FAIMA advierte que el mercado interno continúa deprimido en agosto y que la rentabilidad del sector cayó a niveles históricos. El repunte exportador de madera aserrada de pino contrasta con la parálisis en la construcción.
La Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) confirmó que la actividad del sector se mantiene en niveles bajos y sin signos de reactivación durante agosto de 2025, en un contexto marcado por la contracción del consumo interno, altas tasas de interés y competencia de precios que erosiona la rentabilidad de las empresas.
De acuerdo con el reporte mensual elaborado por el ingeniero Gustavo Cetrángolo, asesor de la entidad, las ventas permanecen estancadas y gran parte de las industrias se ven obligadas a ofrecer descuentos agresivos, plazos extendidos e incluso operaciones informales para sostener el nivel de actividad. “Esto lleva la rentabilidad a mínimos históricos e incluso a trabajar a pérdida”, señala el documento.
El único segmento que muestra cierta estabilidad es el de pallets, aunque también enfrenta baja de precios y presión competitiva.
Mercado interno deprimido y heterogeneidad en la recuperación
El monitoreo de FAIMA detalla que las empresas con mayor capacidad de resistencia son aquellas con forestación propia, diversificación hacia paneles y maderas laminadas, o presencia comercial directa en grandes centros urbanos. Estas firmas logran compensar parcialmente la caída del mercado interno y mantener cierta estabilidad operativa.
El informe coincide con los diagnósticos de la Unión Industrial Argentina (UIA), que destaca como principales desafíos la retracción de la demanda, la competencia de importados y el incremento de los costos laborales y logísticos.
En paralelo, el sector de la construcción, uno de los principales demandantes de madera, sigue sin recuperar ritmo. Los despachos de cemento y hierro redondo continúan cayendo, y el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) muestra una “meseta baja” pese a un leve repunte en el uso de madera.
FAIMA advierte que la mejora de algunos indicadores responde más a un efecto rebote tras la fuerte contracción de 2024 que a una reactivación genuina del mercado.
Exportaciones de pino en alza, molduras en retroceso
Mientras el mercado interno permanece estancado, las exportaciones se consolidan como el único motor del sector. En los primeros ocho meses del año, los envíos de madera aserrada de pino crecieron 34,5% interanual, impulsados por la puesta en marcha del mega-aserradero Acon Timber y el esfuerzo de pymes exportadoras que buscan compensar la caída doméstica.
Durante agosto, las ventas externas del complejo maderero subieron 19,8% respecto a julio y 64% interanual, aunque los precios internacionales de la madera rústica se mantienen en niveles bajos.
La situación es distinta en el segmento de molduras, cuyos envíos al mercado estadounidense acumulan una caída del 5,9% interanual y del 0,9% mensual. FAIMA vincula esta retracción a los aranceles aplicados durante la administración Trump, que aún no fueron revertidos, aunque prevé una recuperación parcial en el cuarto trimestre de 2025 con pedidos anticipados para 2026.
Producción, energía y confianza: señales de una economía estancada
El Índice de Producción de Madera del INDEC registró en agosto un crecimiento del 20% intermensual y 9,3% interanual, cifras que FAIMA considera “excesivas respecto de la realidad industrial relevada”. En contraste, el consumo de energía eléctrica retrocedió en todos los segmentos: 5,2% en el residencial, 2,3% en el comercial y 2,5% en el industrial, según la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (FUNDALEC).
A nivel inmobiliario, los permisos de construcción en 247 municipios bajaron 0,5% en junio frente a mayo, aunque muestran una suba interanual del 32,7%, aún entre los valores más bajos de la última década.
Por su parte, el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella cayó 13,8% en agosto, con mayor impacto entre los hogares de menores ingresos y las provincias del interior, lo que refuerza la falta de impulso del mercado interno.
Con un consumo interno sin señales de recuperación y costos en alza, la industria maderera mantiene su dependencia de las exportaciones para sostener el nivel de actividad.
FAIMA señala que, si bien el sector forestal argentino posee capacidad instalada y potencial exportador, la recuperación estructural dependerá de una reactivación de la construcción y del crédito, junto con una mayor estabilidad macroeconómica.
