Carlos Lancioni, de Duomo: “Este año se podrá recuperar algo de la rentabilidad”

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Carlos Lancioni, dueño de Duomo, una de las heladerías más reconocidas de Misiones, compartió su balance del 2024 y las proyecciones para el 2025 en un contexto marcado por la baja de la inflación y su impacto en el consumo.

¿Cómo cerró el 2024 el año para Duomo?
El balance del año es regular. Fue un año en el cual la inflación, la devaluación y la baja del consumo influenciaron mucho en los volúmenes de venta y en la rentabilidad, tendiendo esta última a cero.

¿Qué dato económico destacaría como el más importante del año?
Sin dudas, la inflación y la baja del consumo.

¿Cómo manejaron la situación laboral? ¿Tomaron o despidieron personal?
En nuestro rubro es imposible no tomar personal porque la demanda de la temporada, sea buena o mala, igual requiere de nuevo personal, además de la alta rotación existente.

¿Hubo espacio para inversiones este año?
La industria requiere de inversión en forma permanente, no importa la situación económica del país, desgraciadamente.

¿Qué perspectivas tienen para el 2025, tanto a nivel empresarial como sectorial?
Estimamos que será un año en el cual no crecerá el consumo, pero se podrá recuperar algo de la rentabilidad, siempre y cuando la inflación esté contenida.

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Duomo: los secretos de la catedral del helado

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Duomo es hoy una marca registrada de Misiones. Hay una heladería Duomo en casi todos los pueblos. Está en Corrientes, en Entre Ríos y en Chaco. Es un gigante que hace más de un millón de kilos de helados al año. Más de 500 personas trabajan en Duomo entre empleo directo e indirecto. Pero ¿cómo empezó la historia? El proceso es digno de contar. Desde un aprendiz de heladero que comenzó a forjarse en Alemania, con jefes italianos, hasta una primera heladería en la que el dueño era al mismo tiempo heladero, cadete, cajero y… cargador de escombros. Con una filosofía empresarial en la que la calidad de vida vale más que la ganancia acumulada. 

El protagonista de esta historia que tiene más de tres décadas es Carlos Lancioni. Hoy es un empresario de 64 años que habla con una voz pausada y sostiene una sonrisa constante. Medita durante varios segundos cada respuesta. El tiempo tiene un valor fundamental en su forma de ver los negocios. Tiempo para él y su familia. Tiempo para que los colaboradores disfruten formar parte. Tiempo que no tuvo cuando arrancó. Confiesa que supo darse cuenta que no iba a ser el dueño de una idea para transformarse en millonario. Pero pudo detectar que el helado, un producto con el que había trabajado entre otros tantos oficios iniciales, tenía una demanda permanente y que, si se hacían bien las cosas, era un negocio seguro

Así nació Duomo, con un primer local alquilado, al lado de donde hoy sigue estando una de las heladerías y con él mismo como heladero, cajero y hasta ayudante de albañil: hubo que poner el baño en condiciones y las cargas de tierra eran sacadas por el propio Lancioni, para terminar como rellenos de algunos baches cercanos. Corrían los 90 y tenía dos hijos pequeños. La apuesta era necesaria. El convencimiento era total. 

“Yo estaba buscando una actividad, alguna idea que me permita hacer algo por mi cuenta, empresarial o lo que sea, sin recursos y entonces me tocó en la vida ir a trabajar a una heladería como empleado y ahí dije: “Esto es un buen negocio, hay un mercado muy grande. Muchas veces uno busca hacer algo que a nadie se le haya ocurrido y es difícil encontrar el nicho. Ya tenía 29 años, había trabajado de viajante, de visitador médico, de vendedor de golosinas. A raíz de mi trabajo de viajante, que siempre iba a vender, me pareció que lo mejor era tener un negocio donde la gente venga y no que yo sea el que tenga que tocar el timbre. La  heladería cumplía ese requisito y con un mercado muy amplio. Entonces pensé que si podía hacer las cosas un poco mejor que la competencia, tendría que ir bien”, cuenta Lancioni. 

Y ¿cómo arrancó? 

Alquilé un local. El primer local fue en la avenida Uruguay pegado a donde está ahora la heladería de Uruguay esquina Barrufaldi. Era un local pequeño de no más de 27 metros cuadrados, lo refaccioné yo. Hubo que hacer el baño en el local porque no tenía, así que lo que se sacaba para hacer el pozo negro, yo cargaba en una camioneta y la tiraba en los pozos de las calles donde veía que podía descargar. Así empecé, arreglé el local alquilado, como para abrir y comencé vendiendo helado de otra firma.

En ese momento había ya varios jugadores grandes…

Sí, había jugadores para la época muy importantes…  

¿Cómo fue ese primer arranque de competencia?

Y fue difícil. Cuando dije “voy a abrir una heladería”, me decían, “vas a tener que contratar por lo menos tres personas, necesitas una cajera”… Y les dije que no… Voy a atender yo solo porque primero no tenía recursos y entonces arranqué trabajando solo, abría a las nueve de la mañana y cerraba a las 13, almorzaba y cenaba en el local. Me pasaba el día dentro de la heladería. 

Era un desafío fuerte jugarse con dos niños chicos…

Sí, era difícil, cualquier trabajo de los que yo había hecho antes era más redituable que la heladería en ese momento y me daban una mejor calidad de vida. Pero yo me decía: “Lo tengo que sacar adelante”. Entonces fue un poco de capricho también. 

¿De dónde le sale esa determinación, o ese capricho? 

En la heladería que trabajé fue en Alemania con italianos, hijos de heladeros, que traían la cultura de gente que pasó por la guerra. Era gente que estaba 16 horas por día dentro de la heladería trabajando, a pesar de que eran los dueños. Seguían estando al pie del cañón ahí de la mañana a la noche y en la cultura nuestra es como que si vos sos dueño o ponés algo, ya tenés que tener empleados, tenés que tener esto, lo otro. Eso a mí un poco me cambió la cabeza, me hizo ver que el esfuerzo personal valía la pena, y que se podía sacar adelante. 

¿Y sigue siendo así? ¿Sigue teniendo esa idea de estar al frente?

Sigo teniendo la idea que tengo que estar al frente. Pero por supuesto hoy Duomo se sustenta por la cantidad de gente que trabaja, todo el equipo que trabaja en la empresa. Lo que sigo pensando es que los argentinos trabajamos poco, por ahí queremos obtener resultados con poco esfuerzo. Pero creo que realmente vale la pena intentarlo de verdad, hacer el esfuerzo. Cuando hice el cambio de mentalidad y me di cuenta que no iba a tener una idea genial, que no iba a ser el más vivo para un negocio y ganar dinero sino que poniendo todo mi esfuerzo en eso iba a funcionar, no lo hice de un día para el otro, porque a mí me costó por lo menos tres años que la heladería arranque y que diga ahora estoy vendiendo, te diría que los tres primeros años me convenía ser empleado. Trabajando a empatar y después ahí sí empecé a fabricar el helado y ahí cambió. 

Ese paso intermedio, ¿cómo fue decir sigo igual aunque cueste?

Todos los días yo atendía al público y era un desafío, me venías a comprar un helado y tenía una percepción de acuerdo a como veía tu cara, como me saludabas. Tenía que tratar de que la gente se fuera convencida que se había llevado el mejor helado que podía comprar. Esta persona mañana vuelve. Y yo llevaba la cuenta de los clientes que ganaba, ya sabía si volviste una vez, vas a volver otra, y te gané como cliente. 

¿Cuántos Duomos hay hoy en la provincia? 

Hoy hay ochenta. También estamos en Corrientes, en Ituzaingó, Virasoro, Santo Tomé, también estamos en Entre Ríos, en Concordia, en Chaco con dos heladerías en Resistencia. Después el resto todo en la provincia de Misiones. 

¿Cuánta gente trabaja en Duomo y las franquicias?

Empleados directos de Duomo tenemos un plantel de entre 150 y 180 empleados. Depende de la época del año, y con las 51 franquicias hay 350 personas más que trabajan. Unos 500 empleos en total, contando los franquiciados propietarios más los empleados. Hay que calcular mínimamente tres personas por heladería, más el dueño y después tenés todo lo que implica proveedores, o sea hay más gente que recibe el derrame. 

¿Cuándo nació la idea de tener la fábrica propia? 

Eso fue en la segunda temporada, con una maquinita muy chiquita. Empecé en mi casa. Al poquito tiempo la municipalidad me dijo: “No podés fabricar en tu casa”, así que tuve que alquilar un local y ya puse un segundo local que vendía muy poco pero que me permitía tener la habilitación para fabricar ahí. Así comencé con la elaboración propia. 

¿Qué año fue? ¿Cuántos kilos producía cuando arranco?

Eso fue en el 92 más o menos. Podíamos vender en un año veinte mil kilos… 

¿Y hoy cuánto hace?

Y hoy fabricamos un millón trescientos mil kilos. 

En todo este tiempo pasó por diferentes momentos económicos, tanto de la Argentina como propios ¿Qué aprendizaje le quedó de esa rueda económica que tiene nuestro país?

La economía de Argentina la entendemos sólo los argentinos. Tengo 64 años y me acuerdo del Rodrigazo, por más que tenía doce años, tengo memoria de casi todas las crisis de los últimos cincuenta años. Por eso el argentino nunca se termina de confiar, tenés que estar preparado porque puede pasar algo. Igualmente hay momentos más difíciles, el momento cuando uno empieza, cuando uno se quiere comprar una máquina o hacer una inversión nueva y no tiene un peso y lo hace todo a riesgo. Hoy no es la situación. Hoy no hacemos más todo a riesgo, en un comienzo sí. El primer año, la primera temporada que yo fabriqué, en aquel momento multipliqué por quince la inversión que tenía hecha por lo que vendí en un año. Eso es imposible de sostenerse, puede pasar cuando con muy poquita inversión, con un freezer y una maquinita vendés todo el año. Pero después tenés que equiparte más, hacer las cosas mejores, las relaciones van cambiando, los riesgos que se toman son otros. Te diría que después de los primeros siete años más o menos, empecé a ser muy ordenado. Los primeros siete años fui como pude, con mucho trabajo, mucho esfuerzo pero fui un poco como pude. 

A partir del final de la década del noventa me di cuenta de que si yo no me transformaba en una empresa, nunca iba a tener la calidad de vida que yo quería tener, que era disponer de mi tiempo, no la parte económica sino el tiempo. La gastronomía es un tipo de negocio que está abierto todos los días del año, dieciséis horas por día están abiertas las heladerías. Si yo tenía que estar en la heladería catorce horas no vivía, no tenía vida, los primeros cuatro, cinco años, me perdí todos los cumpleaños de mi familia, me perdí las navidades. Llegaba a festejar Navidad justo cuando estaban brindando. Entonces si yo no quería pasar el resto de mi vida de esa manera, tenía que transformar mi negocio gastronómico en una empresa.

¿La familia que rol cumplio en ese momento…?

Estaba casado, tenía dos hijos, mi primera señora era maestra, así que ella trabajaba de maestra y los chicos eran muy chiquitos, mi hijo el más chico nació dos meses antes de que abra la heladería y mi hija tenía un año y cuatro meses… 

¿Hoy juegan algún rol en la empresa? 

Sí, mi hijo está conmigo en la empresa y también con otras actividades. Hace las renovaciones de los locales, con una actividad de él. Mi hija estuvo trabajando con nosotros cinco años pero ella es terapista profesional y ahora está dedicada más a su profesión. Después tengo un hijo de 12 años que está en la escuela. 

¿Qué le recomendaría a un joven que dice quiero poner una empresa? 

Tiene que poner todo el esfuerzo, esforzarse por ser lo mejor que puede y que la competencia. A veces es muy difícil, si queres competir contra un líder, que capaz que es una multinacional que tiene mucho recurso, que está muy bien instalado, tenés que encontrar en qué puedes ser mejor. Cuando puse mi primera heladería, muy precaria, sabía que lo único que podía tener mejor era la atención, entonces me esforcé en eso. 

Buscar tener un diferencial…

En algo tenes que ser mejor. Si no sos el mejor en algo o no sabes en qué sos mejor, no podés triunfar. 

En cuanto al manejo económico… ¿Qué hacer con las primeras ganancias? ¿Se debe reinvertir? ¿se puede gastar? 

Tenés que invertir. Las empresas son devoradoras de recursos, porque siempre falta algo, siempre se puede hacer algo mejor. ¿Es el momento de hacerlo? ¿Hay necesidad? ¿Es el momento de hacerlo? Te tenés que hacer también esas preguntas, pero siempre podés mejorar, podés comprar una máquina nueva para hacer un producto nuevo. El secreto está en encontrar el equilibrio entre las inversiones que sean provechosas y en algún momento que tu vida mejore también. Porque por ahí el empresario invierte absolutamente todo y tiene una muy mala calidad de vida, que tampoco es lo que uno busca.

Uno ve a la marca y Duomo es una distinción, en su forma, sus locales. ¿Cómo elige o acepta usted un franquiciado?

Los primeros franquiciados fueron empleados nuestros, personas que estaban trabajando con nosotros. La primera franquiciada fue una chica que empezó a trabajar conmigo a los 18 años, durante 8 o 10 años, tendría entre 25 y 28 años cuando empezó con las franquicias. Era de Puerto Rico y tenía muchas ganas. Volvió a su ciudad y logró abrir una heladería, la ayudó la empresa a abrir esa primera heladería después ella devolvió la inversión y fue nuestra primera franquiciada. Después vinieron otros empleados más que pusieron heladerías. Después vino una familia de Apóstoles a verme, que querían poner una heladería. Ellos no eran del rubro, pero sí tenían capital y tenían un local propio. Hoy están con cuatro heladerías de Duomo.  

Están en toda la provincia ahora… 

Duomo en 70 municipios debe estar. Hoy vamos eligiendo. Es más importante el lugar donde se va a poner, porque por ejemplo Posadas no digo que esté saturada, pero hay muchas heladerías y tenemos que cuidar que cada heladería tenga rentabilidad. No poner un montón de heladerías y que nos importe únicamente vender desde la fábrica, sino que nos importa que el que puso una heladería también le vaya bien y eso hace que sea muy importante si encontramos un lugar donde haría falta y donde no molestaría a otra heladería.

¿Cómo está el mercado hoy en una situación compleja también económica?

Hoy estamos pasando otra vez por esos momentos en que cuesta vender, que se nota que no hay poder adquisitivo suficiente. El helado, si bien está dentro del grupo gastronómico, no es una necesidad, no es lo mismo que vender comida, una rotisería, una panadería, una carnicería. Al helado la gente viene a darse un placer, un gusto y muchas veces cuando hay crisis, lo posterga. 

Y es la primera que siente también cuando pasa la crisis… 

Hay situaciones. De repente por ahí parecería como que no hay crisis, yo me acuerdo en el final de la época del 90 con la Convertibilidad, que ya se notaba que la gente tenía muchas cuotas que pagar, todo se compraba a crédito. Entonces la gente estaba muy llena de cuotas y tenía que restringir. No salgo a comer, no me como un helado, pero sí se había comprado heladera nueva, auto nuevo, casa. Entonces por ahí parece como que al país le va bárbaro y a la heladería no tanto. De repente en el 2001 cuando todo el mundo dejó de pagar todo, porque no podía, se vendía mucho helado y hoy estamos ahí en un término medio. Te diría el año pasado tampoco fue un buen año, el clima no nos ayudó tanto, el invierno no fue bueno, después todo lo que es primavera y comienzo del verano hubo mucha lluvia, muchos fines de semana arruinados por el tiempo y después de fin de año el cambio de gobierno, de la devaluación, las cosas se pusieron muy caras. No el helado, porque subió moderado, pero otras cosas que la gente no puede dejar de gastar eran muy costosas. Si tenés que pagar la boleta de luz, dejás de comprar un kilo de helado. Pero nosotros siempre con la política de tener un producto accesible y de calidad.

¿Usted comprueba la calidad?

Sí, yo compruebo la calidad. Tengo gente que me asesora y tengo más gente ahora dentro de la empresa. No es que a mí me parece que está rico y ya está.Tengo gente que está todo el tiempo testeando, proponiendo cambiar. Todo se puede mejorar, voy a decir algo que seguramente a los heladeros no les gusta, porque yo creo que un pecado de los heladeros es creer que tienen el mejor producto que puede haber del mundo y no se puede mejorar. Yo creo que todo se puede mejorar y nosotros siempre estamos tratando de darle una vueltita más de tuerca a la calidad y a todo, lo que no hacemos es ir para atrás en la calidad, por más que el costo sea alto. Como lema, la calidad no se puede tocar, se puede mejorar únicamente creo que eso hace al compromiso que tenemos con nuestro cliente. Cuando venís a comprar un helado a Duomo sabes que no te vamos a meter el perro.

Cuando arrancó… Me dijo que era la atención al cliente y hoy, ¿cuál es el secreto de porqué tengo que elegir Duomo y no otra marca? 

Sigue siendo la atención algo fundamental,  permanentemente hacemos cursos de capacitación, cuidamos mucho la empatía del que vende, con el cliente, de atenderlo como corresponde y la calidad. Después, yo creo que en una empresa todo lo que hacés, lo tenés que hacer lo mejor que se puede y lo mejor que sabés hacer. No puedo descuidar nada, el camión que hace el reparto tiene que estar en condiciones, el chofer tiene que estar bien, no hay algo que pueda decir esto nadie lo ve y lo descuido porque eso es como tener un tornillo flojo de una rueda en el auto. 

¿Cuál es su sabor favorito?

Te puedo asegurar que todos los helados tienen una calidad acorde y pareja. A mí me gustan los chocolates y me gusta el cheesecake de maracuyá, me parece un helado de muy buen sabor para contrastar con el dulce de algún otro. La frutilla a la crema me parece un helado que nos distingue. Tenés 36 gustos, pero en 10 gustos tenés más del 50 por ciento de la venta o 60 por ciento de la venta. 

Ahora está muy de moda el producto misionero.. ¿hace algo con productos así locales?

Los helados de fruta en su mayoría son frutas locales, la compramos, mango, ananá, banana muy pocas veces hay de la zona, arándano, o sea, todo lo que es fruta. No tenemos leche de Misiones o yogur de acá, somos una industria que tiene mucho que ver con la industria láctea y estamos lejos de las usinas lácteas en el país. 

Se imaginó alguna vez decir; tengo 500 personas que dependen de lo que estoy haciendo…

No, de imaginarmelos si, pero poner los pies en la tierra y decir “esto va a pasar”… Te diría que los primeros 10 años lo veía lejos. Igual estaba contento con lo que hacía, teníamos tres locales que trabajamos bien, pero hubiese firmado por mucho menos. 

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Duomo: 80 sucursales de puro sabor misionero

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Con 33 años de existencia, Duomo ya es una marca registrada en Misiones. La heladería está en toda la provincia y se expandió más allá de sus fronteras, a Corrientes, Chaco y Entre Ríos. Pero el número 80 impacta. Son ochenta las sucursales, entre heladerías propias y franquicias. La última se inauguró el viernes por la tarde, de la mano de Gustavo Chávez, que algo sabe de sabores: es el dueño de La Querencia, el tradicional asador que tiene 44 años en el centro de Posadas. 

La sucursal 80 está, justamente, en el punto cero de ese microcentro, frente a la Plaza 9 de Julio, donde a diario circula todo el movimiento de la ciudad y pasean los turistas que llegan a la capital de la tierra colorada. 

“Estamos felices por el lugar donde estamos inaugurando, es el más importante de la ciudad”, destacó Carlos Lancioni, el creador de la marca.

Carlos Lancioni creó Duomo, la heladería que ya tiene 33 años en Misiones.
Carlos Lancioni creó Duomo, la heladería que ya tiene 33 años en Misiones.

“La empresa tiene 33 años en Misiones y la expansión se hizo rápida en los últimos años. El público tiene confianza en esta empresa y se identificó con la marca. Cubrimos toda la provincia y en algunas localidades tenemos hasta cinco heladerías, como Oberá. Estamos orgullosos de que una empresa misionera en helados, que no es una producción local, tenga tanta expansión”, precisó Lancioni en una entrevista con Economis.

Es todo un dato que la marca logre expandirse aún en momentos complejos. Lancioni cuenta el secreto: “Es un producto que la gente consume, no tan atado a los vaivenes del país. El helado es como un premio que uno se da. Ese momento de “ir a tomar un helado” o llevar un helado a mi casa. A pesar de todos los problemas, la gente quiere ese disfrute”. 

“Hemos tenido crisis muy importantes en el país, como en 2001, cuando vendíamos más que en años anteriores. Es como decir: “Tantas cosas que no puedo hacer, al menos me tomo un helado”, argumentó.  

Gustavo Chávez algo sabe de sabores: es el dueño de La Querencia, el tradicional asador que tiene 44 años en el centro de Posadas.
Gustavo Chávez algo sabe de sabores: es el dueño de La Querencia, el tradicional asador que tiene 44 años en el centro de Posadas.

Chávez coincidió con Lancioni en la mirada. “Estamos en el punto cero de Posadas. El centro, centro, frente a una plaza que es un escenario preponderante para esta franquicia. Yo lo venía pensando y mirábamos a la familia Duomo, que es una empresa misionera, yo soy misionero y pensé que deberíamos hacer lazos comerciales. Tomé contacto con los dueños, me gustaron los procedimientos, la cantidad de franquicias que tienen y sus propias heladerías. Me encantó el formato y el recurso humano que tiene. Eso garantiza el éxito de la inversión”, detalló. 

El también dueño de La Querencia no teme a los escenarios de incertidumbre. “Soy un emprendedor nato. Hay que pensar hacia adelante y generar mano de obra es un orgullo para la persona que invierte”, destacó. 

Duomo tiene 180 empleos propios, que se elevan a entre 350 y 400 con las franquicias e incluso más en las temporadas de verano. La clave es no descuidar nunca la calidad del producto, sin importar la situación económica. “La prioridad es mantener la calidad y a un precio justo”, destacó Sergio Marosek, el gerente de la marca.

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El Parque Paraguayo se llena de sabores locales con la apertura de Duomo Duo

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En una inauguración relajada, Duomo Duo presentó oficialmente su novedosa propuesta gastronómica de café y helados, una alianza estratégica que busca ofrecer una experiencia única a los clientes y amigos de la capital misionera.

Este dúo empresarial busca resaltar la sinergia entre las marcas Duomo y El Patio, brindando una oferta que no solo promueve los productos misioneros, sino también impulsa la economía local al crear empleos y proporcionar un espacio familiar de calidad.

A pesar de la tarde nublada del martes 19 de septiembre, la inauguración atrajo a numerosos consumidores que disfrutaron de una oferta especial de 2×1 en helados y participaron en emocionantes sorteos. Además, pudieron disfrutar de un espectáculo único de malabares y juegos en familia.

“El parque paraguayo se presta para una inauguración más descontracturada, más divertida, estamos en una zona de juegos de un entorno natural de relajación, de meditación, entonces consideramos que acompañar la inauguración con un equipo de artistas que haga malabares, que haga algunas demostraciones acompañando perfectamente el espacio como para brindar a los consumidores un lugar de diversión y de vista”, sostuvo Cecilia Chiaradía Jefa de Marketing y Comunicación de Duomo.

Además contó que desde hacía tiempo vieron que en el parque paraguayo no existía una oferta gastronómica de tal naturaleza, que combine alegría, sabores y tranquilidad, por lo que del lado de Duomo ofrecen una gran variedad de sabores, helados de crema, helados de agua, cinco variedades de postres y palitos más dos opciones de batidos, desde la heladería acompañando con estas opciones.

El Patio, por su parte, ofrece desayunos, merienda, jugos, licuados, agregando a lo que es la heladería los batidos y los postres dando también la posibilidad de que los padres que van al parque con los chicos puedan tener una oferta gastronómica que va más allá de lo básico.

Nicolas Reinsch, propietario de El Patio, subrayó el enfoque en productos misioneros en este proyecto conjunto, desde el contenedor hasta la marca de helados, el personal y los productos adquiridos, todos provenientes de marcas con distribución local, , apostando fuertemente a la economía misionera.

Reinsch recordó que, al principio, el proyecto fue malinterpretado por algunos debido a la falta de información, “nosotros cuando llegamos al parque ya teníamos las habilitaciones legales nunca vinimos e impusimos nada pero se nos criticó porque supuestamente iba a ser un bar, todo por la falta de información, ahora saben bien de qué se trata, que es una cafetería y heladería que apuesta a brindar un servicio a las personas que vienen a disfrutar del parque”.

Nicolas explicó que El Patio es una sociedad compartida con su hermana y su cuñado, y en conjunto apuntaron a este proyecto con Duomo Helados. Los Reinsch son una familia que se crió en la ciudad de Posadas, conocedores y recomendadores del parque paraguayo.

“La idea es que un padre pueda venir a disfrutar un café, comer algo, elija un helado mientras que está cuidando al hijo y no por ahí que sea siempre algo de tener que estar solamente esperando al hijo, sino pasar un buen rato, disfrutar de lo que es el parque paraguayo que es está hermoso, que es de todos y justamente uno de los nombres del patio es porque es el patio de todos para que puedan venir a disfrutarlo. Nosotros desde que nacimos conocemos este lugar y hoy ver a mis sobrinos aprovechando el parque y con una propuesta gastronómica también para los padres es satisfactorio”, expreso Nicolás.

Manifestó que desde la familia están gratamente felices con el resultado porque es un proyecto que apuesta a dar empleo al joven misionero, ya hoy con cuatro nuevos puestos adquiridos de los cuales son todos jóvenes formados en la oficina de empleo de la provincia. Chicos que fueron capacitados por la parte de heladería y cafetería aprendiendo oficios para el futuro.

Reconociendo el crecimiento del sector gastronómico en Misiones y su contribución al turismo regional, Nicolas Reinsch considera que es un momento propicio para invertir en este rubro.

“Si bien no podemos cuantificar la inversión en números, ya que es un proyecto que hemos estado desarrollando durante varios años y somos tres socios, esperamos que esta apuesta dé sus frutos en el futuro”, concluyó Reinsch.

El contenedor de Duomo Duo se encuentra frente al Museo Regional Aníbal Cambas del Parque Paraguayo y ofrece atención de lunes a jueves de 7:30 a 12:00hs y de 16:00 a 20:00hs, viernes de 7:30 a 12:00hs y de 16:00 a 21:00hs, y sábados y domingos de 8:00 a 12:00hs y de 16:00 a 20:00hs.

Informe Paola Czerevin

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La selección de Economis: Los empresarios y emprendedores que más se destacaron en Misiones en el 2017

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Economis seleccionó a los empresarios y emprendedores que más se destacaron en este 2017 que termina en Misiones.

Algunos de ellos fueron noticia por invertir y apostar al crecimiento en una época complicada para el país, otros por la innovación en los negocios, ya que incursionaron en actividades novedosas que abren nuevas posibilidades para otros. También está quien brilló por su creatividad. No todos son misioneros, hay un cordobés e incluso un árabe.

 

A continuación, te presentamos a los más destacados del 2017 para Economis

 

1) Pablo Ratti, 37 años, Posadas.

 

En un año complicado para un sector importante como el de la construcción, Ratti Construcciones logró una de las obras más importantes de los últimos tiempos al ganar el concurso para remodelar la terminal de pasajeros de Puerto Iguazú, un contrato de 700 millones de pesos (sin computar IVA). La obra durará 22 meses y es realizada en sociedad con Riva. Ratti, que tomó el mando de la empresa tras la muerte de su padre Omar en 2014, le ganó esta compulsa a constructoras renombradas y con una gran experiencia en trabajos de este tipo, como Sudamericana. Absorberá mucha mano de obra misionera, que hoy está ociosa por la parálisis en la construcción.

Además, sigue avanzando con la construcción de Villa Ángela, una de las torres emblemáticas de la ciudad, desde la Costanera. Al rol al frente de su compañía, Ratti le agrega su actividad en cámaras empresarias y think thanks, buscando participar del debate de los temas que hacen al desarrollo de la región. Actualmente es el titular de la delegación NEA de la Fundación Mediterránea, y una de las figuras de la nueva camada de empresarios en la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) a nivel nacional.

2) Ali Saeed Juma Albwardy, 59 años (Dubai). Cargo: Presidente de Albwardy Investment

En la adquisición más importante del año, el árabe Ali Albwardy pagó u$s55 millones (según fuentes del mercado) para quedarse con el Sheraton Cataratas y transformarlo en un Meliá, parte de una de las cadenas más importantes del mundo. El único hotel en el Parque Nacional Iguazú, a pasos de las Cataratas, era propiedad en un 75% de Estanislao Kokurek –lo construyó para el Mundial 78- y un 25% de la cadena Sheraton. Además del monto de la inversión, Albwardy tiene ambiciosos planes para transformar a este hotel en el mejor del país (ya es uno de los mejores). Junto a la cadena Meliá, a cargo del gerenciamiento, invertirá unos 17 millones de dólares para transformarlo en un 6 estrellas que combine el súper lujo y la locación privilegiada para atraer a magnates, jeques, multimillonarios asiáticos, y muchas más celebridades mundiales que, sin dudas, potenciarán la visibilidad de Iguazú. Economis tuvo la posibilidad de conocerlo en persona, cuando vino para supervisar las reformas y lanzar sus planes en octubre. Albwardy no compró el emblemático hotel por una cuestión puramente de negocios, tiene una atracción que va más allá de los números por algunos lugares exóticos y las Cataratas lo atraparon.

 

3) Gerardo Lancioni, 47 años. Fundador de Helados Duomo.

Gerardo Lancioni es el fundador de Helados Duomo, una cadena de heladerías que no para de crecer y ya va por su local número 63. A saber: 19 en Posadas, 39 en el interior de la provincia, cuatro en Corrientes y uno en Entre Ríos. Duomo es una cadena de heladerías propias y franquiciadas y ha sido la franquicia de origen misionero más exitosa, por su gran expansión y arraigo en el interior. Elegimos a Duomo porque, además, representa a un rubro que no ha parado de crecer en la ciudad. Inmune a las asimetrías, este fue el año de mayor apertura de heladerías en la ciudad. Grido y Polaris –otra marca de origen posadeño con franquicias en el interior- estuvieron en el podio junto a Duomo. También se consolidó Cremolatti –franquicia regional- con un rango de precios Premium, donde también está Freddo, la única franquicia de Buenos Aires que trajo un concepto que hasta ahora no había arraigado mucho en el mercado local y que implica pagar casi el doble por un kilo de helado que en otras heladerías.

4) Luis Pagani, 60 años (28-6-1957). Cargo: Presidente de Arcor.

En abril, Arcor pagó u$s230 millones y se quedó con Zucamor, dueña de Papel Misionero y otras seis plantas de papel y cartón en cinco provincias. Se trató de una de las dos mayores adquisiciones de una industria de Misiones, si bien es imposible determinar la valuación individual de la ex papelera que controló el Estado misionero hasta los 90, cuando fue vendida al Grupo Bemberg y el Grupo Zucamor.

5) Rafael Scherer. 45 años. Cargo: Gerente General de Pindó (Puerto Esperanza)

Se habla mucho de las energías limpias como una oportunidad de inversión, pero hasta ahora la única empresa de la provincia que hizo algo concreto es Forestal Pindó, de Puerto Esperanza. Pindó se presentó el año pasado a la licitación de la ronda 1 del programa Renovar y se adjudicó un contrato para proveer a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA de energía limpia producida a partir de la biomasa forestal por 20 años. Se trata de un contrato en dólares. En junio, Pindó empezó a inyectar sus 3MW al sistema interconectado. Junto a Corrientes, Misiones es una fuente de biomasa fenomenal, aunque por ahora los proyectos para producir energía renovable a partir de esta fuente parecen venir solo de la vecina provincia. Ahora se presentará otro proyecto de empresarios santafecinos en Cerro Azul. Pindó marcó un camino que, sería deseable, otras empresas misioneras, forestales o no forestales, puedan seguir. Pocas actividades garantizan una demanda asegurada como la producción de energía.

6) Julio Koropeski. 48 años, Posadas.

Luego de llevar a Crucero del Norte a Primera División apenas 11 años después de haberlo fundado, Koropeski se alejó un poco del ojo público y siguió trabajando fuerte en su empresa de colectivos, una de las dos más grandes del país en larga distancia (la otra es Flecha Bus). El Grupo de Empresas siguió creciendo, inauguró el hotel Posadas Express y empezó a operar con Sol Líneas Aéreas en Paraguay, uniendo Encarnación con Asunción.

Este año, Koropeski volvió a destacarse por otra gran apuesta. Incursionó en el transporte urbano de pasajeros y opera los colectivos de la provincia de Formosa. Con una fuerte inversión, que le sirvió para adquirir 100 unidades nuevas y absorber a los 322 choferes de la anterior concesionaria. Koropeski ganó una licitación que hizo la ciudad de Formosa, que salió a buscar interesados en 17 provincias.

 

5) Juan Andrés Roulet, Posadas.

El presidente de California Supermercados no podía faltar en el top ten de los destacados de 2017. Este año California abrió su local número 7 en Posadas. Fueron meses de espera y una inversión de más de 20 millones de pesos. California se consolida aún más como una cadena local que es modelo y que compite por la calidad de su atención con algunas de las gigantes de Buenos Aires y otros lugares del país. Como Libertad (Córdoba); Wal-Mart/Changomas, y el fenómeno de los mayoristas. Aun en una economía donde todos buscan precio, California se impone por la calidad de su atención y de sus productos, de sus cajas rápidas. Un verdadero caso de estudio.

 

6) Guillermo Poujade, 43 años (Posadas). Fundador de Código Cerveza.

Hace ocho años, este posadeño radicado en Buenos Aires renunció a la comodidad de un puesto bien remunerado en la gerencia de marketing de IBM para volver a su tierra y fundar un negocio. Con poco capital, muchas ganas y sin tener todavía del todo claro qué iba a hacer, se dedicó a estudiar el mercado, a indagar sobre sus propias inquietudes (le gusta mucho la música) y así alumbró “Código Cerveza”. Es una cerveteca que hoy es marca registrada en Posadas, el negocio con mayor variedad de cervezas importadas de la Argentina. Pero lo más importante, por lo que lo elegimos en 2018, es que este año Poujade pudo concretar su anhelo de franquiciar la marca. Código Cerveza abrió su primer local franquiciado en abril en la calle Junín. En noviembre abrió su segundo local en Santo Tomé (Corrientes) y hace dos semanas se produjo la tercera apertura, en Resistencia. Un emprendedor que habitualmente suele disertar en foros de emprendedores con un discurso que alienta a animarse, a arriesgar, a probar, a equivocarse y a aprender, sin renunciar a los sueños.

Diez fundó Quasar hace 31 años en Ecuador.

9) Eduardo Diez, ecuatoriano, CEO de Quasar. La empresa desembarcará en Misiones para hacer un recorrido de lujo en barcos que unirán los Esteros del Iberá con las Cataratas del Iguazú, pasando por San Ignacio y otros puntos turísticos de la tierra colorada. El barco que surcará las aguas del poderoso Paraná ya fue comprado y está en Génova, Italia. La inversión fue de 1,5 millones de dólares  a la que se le agregarán 3,5 millones en la Argentina en remodelaciones: se le pondrán camarotes, hotelería, restaurante y servicios de alta gama. Quasarexpeditions.com  apunta a un turista internacional. Las tarifas son acordes: entre 600 y 700 dólares al día por persona. Los precios no son problema para el turista que elige a esta empresa, ya que el servicio está a la altura de las exigencias. El barco tendrá un itinerario concentrado en Misiones, con viajes iniciales de una semana. Los paseos partirán desde Ituzaingó, en Corrientes y culminarán en Puerto Iguazú con hasta 30 pasajeros. La idea es mostrar los Esteros del Iberá, la selva misionera, las Reducciones Jesuíticas y por supuesto, las Cataratas del Iguazú.

10) Jorge Galeano, 69 años (18/9/ 1948). Cargo: Presidente de Aguas Misioneras S.E.

Hace siete años Aguas Misioneras S.E. lanzó al mercado Aguas de las Misiones, su marca de agua mineral embotellada y una de las dos patas de esta organización estatal que tiene por objetivo darle valor económico a este extraordinario recurso que pertenece a todos los misioneros, como establece la Constitución Nacional. A pesar de las dudas sobre la capacidad del Estado para gerenciar una empresa, esta firma, que compite en un mercado dominado por multinacionales, ha crecido de forma sostenida y hoy llega a ostentar el 2 por ciento del mercado total del agua mineral en el país. Aguas misioneras ya vende 1,5 millones de botellas por mes, llega a 17 provincias y cerró un acuerdo con Trenes Argentinos de Carga (ex Línea Urquiza) para enviar su producción destinada a Buenos Aires y zonas de influencia en tren, bajando costos logísticos. Por el otro lado, la Unidad Ejecutora continúa cerrando acuerdos para que las empresas que utilizan el agua de las napas -e incluso del río- paguen por el recurso. Se trata de cambiar una mentalidad de toda la vida, de que el agua es gratis y no hay que pagar por ella. Fue y es un camino arduo. AMSE arrancó por las pasteras, los envasadores de agua y ahora firmaron compañías como AA2000. Misiones es un ejemplo que miran desde otras provincias en este rubro. Ya vinieron desde Jujuy a estudiar el modelo misionero de preservación y puesta en valor de su recurso.

11) Julian Cook. 42 años. Suiza.

El CEO de Fly Bondi empezó a cumplir sus promesas de fundar la primera low-cost genuina de la Argentina y ya trajo al país -y a la provincia- en un vuelo promocional, el primer 737-800 que operará la flamante compañía. Cook ya vino dos veces a Posadas. Es un ex ejecutivo del banco de inversión Chase Manhattan que estuvo siempre vinculado al financiamiento de la industria aerocomercial, que suelen usar mucho el leasing (alquiler con opción a compra). Fly Bondi es la única de las nuevas empresas aéreas que se concibió, se define y busca ser una auténtica low-cost. Con proyectos de ofrecer tickets ida y vuelta Palomar-Iguazú-Palomar por 800 pesos (hay que ver si el Ministerio de Transporte libera los precios mínimos). Elegimos a Cook porque es el fenómeno de las nuevas aerolíneas que están desembarcando en el país, una actividad que impactará fuerte en Misiones, ya que “acercará” a la provincia a mucha gente que hasta ahora no viajaba en avión. En especial, a Iguazú, pero también a Posadas, que ya tiene más conectividad con la nueva ruta de Aerolíneas Posadas-Córdoba. Andes empezó a volar. Avián comenzará en enero o febrero. Cook es la cara visible de un fenómeno, en este caso, que comprende a varias empresas y nuevas oportunidades para la provincia.

12) Matías Sebely. Con apenas 32 años es director del hospital de Leandro N Alem. Pero se destaca por su visión emprendedora. Puso en marcha una fábrica de turrones naturales y con la misma marca, Desde la Finca, produce hortalizas en un vivero, generando empleo local. Este año Sebely tuvo otro logro: fue el ganador de la competencia nacional Naves, financiada por el Banco Macro, con el respaldo de la Universidad Argentina de la Empresa. El proyecto ganador es “Comida por un dólar”, una iniciativa que busca brindar soluciones a dos problemas graves de la población local y mundial: la falta de alimento y la creación de puestos de trabajo. Pero además involucra el concepto de ambiente sano y saludable, desde la perspectiva de mantener viva la actividad en las chacras y los poblados rurales, donde se fomenta la permanencia de plantaciones agroecológicas, producciones sustentables y amigables con el medio ambiente, que se han transformado en un refugio verde que todavía no ha sido colonizado por el cemento, el ruido, el smog y la contaminación ambiental de las urbes, tal como sigue siendo la provincia de Misiones en toda su extensión. Tras ganar el concurso, varios empresarios se mostraron interesados en financiarlo.

13) Carlos Vedoya Recio. El periodista y emprendedor patentó una marca registrada vinculada al turismo gastronómico: Selva Adentro. La muestra impone un paseo de sabores de la tierra colorada, recitales de músicos locales y juegos para los más chicos, que se combinan a orillas del Río Paraná. Chef  de toda la provincia se dan cita para mostrar sus creaciones y alimentar a los visitantes con platos tradicionales al estilo gourmet. Ya lleva varias ediciones y cada vez, resulta mejor.

14) Sergio Melgarejo. Ya sobre fin de año, el joven emprendedor sorprendió con una iniciativa que promete hacer ruido en la escena comercial posadeña. Fundó el Centro Comercial Lavalle, una especie de shopping que apuesta a ofrecer precios más bajos, pero con la misma calidad de servicios. Hay 140 locales, patio de comidas y una amplia playa de estacionamiento. Además, recupera un espacio emblemático, sobre la avenida homónima, de grandes dimensiones y que estaba en desuso. “Cuando me lo mostraron, me enamoré. Al otro día fui y cerré el primer contrato de alquiler”, contó Melgarejo, emocionado en la noche de la apertura. “Es un modelo de negocios que no hay en la ciudad, es un concepto diferente” explicó el emprendedor. “Es una galería comercial donde se juntan varios empresarios y comerciantes para poder bajar los costos”, definió. Bienvenido.

 

Sobre esta selección de Economis

Seleccionamos a algunos en parte por su empresa, pero también porque son la cara visible –o una de las caras visibles- de fenómenos empresariales que fueron la nota distintiva este año y lo serán en el futuro inmediato. Algunos de estos empresarios no son misioneros, pero operan en la provincia a través de algunas de sus empresas.

Por supuesto, como toda selección es arbitraria y subjetiva. No dudamos que hay otros que merecerían estar en este top ten. Especialmente en el interior de la provincia, donde cientos de emprendedores apuestan y construyen todos los días a desarrollarse y generar trabajo.

Tenemos menos de un año de vida. En estos diez meses hemos intentado tender lazos de comunicación con la mayor cantidad de representantes de la comunidad de negocios y emprendedora de Misiones. Cubriendo sus actividades cuando se trata de figuras conocidas, o muchas veces estableciendo una comunicación desde “cero” con personas que no están en el ojo público. En todos los casos, nuestro mensaje fue siempre el mismo.

Queremos ser un foro para debatir los temas que hacen al desarrollo económico de la provincia, y lo más importante, a generar trabajo. Sin empresarios que inviertan no hay puestos de trabajo.

Como dijo uno de los políticos más  extraordinarios del siglo pasado:

“Muchas personas miran al empresario como al lobo que hay que abatir, otros muchos lo miran como a una vaca que hay que exprimir, pero muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”

Winston Churchill

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