Apostillas de la visita: La historia del “pastel de remolacha” que dejó fascinado al Presidente
Alberto Fernández protagonizó el jueves una visita brevísima a Misiones, la primera como Presidente de la Nación, que además tuvo escaso contacto con la gente por las circunstancias que impone la crisis del Covid-19.
Apenas aterrizó en el vuelo privado proveniente de Formosa a las 18.15, el Presidente se dirigió sin demoras al Centro de Convenciones en el Parque del Conocimiento, pegado al aeropuerto General San Martín.
Allí se había armado una exposición con todas las variedades de productos que se ofrecen en las ferias francas de la provincia, con productores de la zona de Oberá, Ameghino, Gobernador Roca, Cerro Azul, Apóstoles y también Posadas.
Pero al Presidente le acortaron la agenda, ya que llegó con dos horas de retraso a Posadas, caía la noche y las actividades tenían que adaptarse al escaso tiempo disponible.
Sin embargo, cuando parecía que pasaba de largo por la mesa de los feriantes, el Presidente los vio e insistió en ir a saludar a los expositores y mirar lo que tenían para ofrecer en la mesa de degustación. Además, no tardó en tentarse y probar algunas de las delicias.
Empezó con la chipa de almidón, después probó un budín de naranja, tomó también jugo de naranja hasta que llegó a una delicia que lo dejó fascinado.
Se trataba de un “pastel de remolacha”, realizado por la feriante Maria de las Mercedes Gudziak. Al Presidente le gustó tanto que se olvidó del apuró y repitió otra porción. Y como vieron que podía querer más en el futuro, sus asesores se llevaron lo que quedaba de la torta.
Sin embargo, no se sabe si por el apuro o quizás porque no sólo el Presidente quedó encantado con el budín, la cuestión es que la torta “desapareció”.
Aprovechando que su mujer, Fabiola Yañez se quedaba unos días más en la provincia, le mandó a pedir a la Ministra de Agricultura Familiar de la provincia, Marta Ferreira, organizadora de la feria en el Centro de Convenciones, que le mandara un par de pasteles más para que lleve de regreso a Buenos Aires.
Desde mañana uno puede imaginarse al Presidente tomando unos mates en el despacho presidencial y saboreando el budín de remolacha misionero.