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En las próximas horas tomará forma definitiva el debate político más transformador de los últimos años en Misiones. Después de los primeros escarceos con el presidente Alberto Fernández y su equipo económico, el proyecto de convertir a Misiones en una zona libre de impuestos será ingresado al Congreso, para ser tomar forma de ley, con los argumentos necesarios para conseguir los cambios tributarios. 

Por estas horas se repasa detalladamente el articulado para que no quede resquicio de duda y se pueda avanzar en un Congreso convulsionado, donde cada uno atiende su juego y renuencia a trabajar sobre los temas de fondo que necesita la Argentina federal. 

Misiones tiene argumentos y ya hay experiencias similares como Tierra del Fuego, que es territorio aduanero especial, característica que quiere adoptar la tierra colorada. 

Seguramente la iniciativa sea ingresada por Diputados, donde se analiza cuestiones impositivas, pero todo el bloque misionerista está involucrado en el diseño del proyecto, bajo la mirada del gobernador Oscar Herrera Ahuad, el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira y el secretario de Hacienda, Adolfo Safrán, además del respaldo de las cámaras empresariales, lideradas por la Confederación Económica de Misiones.

Una vez que el proyecto ingrese al Congreso nacional, Misiones tendrá tres frentes abiertos de discusión y negociaciones con la Nación. El primero es el pedido de compensación por 126 mil millones de pesos, presentado en febrero, que incluye actualización de coparticipación y fondos para la protección del medioambiente, que limita la expansión de actividades agrícolas y los ingresos percibidos. 

También se debe revisar el proyecto de Presupuesto nacional para 2021, que ha sido poco generoso con la tierra colorada en cuanto a recursos y obras. Se gestionará un incremento de fondos -aumentan sólo 16 por ciento, con una proyección de mínima de una inflación del 29-, pero especialmente de obras, que son pocas y pequeñas, de escasa relevancia para lo que demanda el crecimiento de la provincia. 

El timming y los acuerdos que se logren en el Congreso serán vitales. Convencer al resto de los legisladores no será tarea sencilla en un escenario en que cada uno juega su juego y la grieta se hace más profunda entre oficialismo y Cambiemos. No fueron estos, buenos días para el debate de cuestiones de fondo. 

El ministro Martín Guzmán se anotó la primera pifia en el momento más inoportuno, durante la presentación del Presupuesto, cuando, a micrófono abierto, confesó ser capaz de sarasasear. Después quiso explicar que se refería a “hacer tiempo” hasta que se ponga a punto el powerpoint. 

El diputado salteño del Frente de Todos, Juan Marcelo Ameri se esmeró en superar el papelón cuando en plena sesión virtual y a la vista de todos, se puso a besar los pechos de su pareja para probar los resultados de una reciente operación estética. El pleno terminó aceptando su renuncia ante la magnitud del escándalo, con un voto en contra, el del misionero Alfredo Schiavoni. Punto a favor del diputado de Cambiemos: consideró que su colega toquetón debía ser expulsado y no aprobarle la renuncia. Expulsado, le cabe la inhabilitación. Con la renuncia, puede volver a ser candidato. 

En un contexto hipermediatizado es naif pensar que las acciones son menos relevantes que las palabras y vergonzante que alguien puede tolerar un manoseo público en la matrix de un zoom a la hora del té. La cosa pública, mucho más ante el hastío generalizado, exige mayor rigurosidad. La sarasa, aunque sacada de contexto, emparenta al emisor con aquel que se quería ir o el que proyectaba una inflación del 10 por ciento en el año récord de suba de precios. La sarasa embarra a un ministro que venía con valla invicta y se dejó hacer un gol de media cancha ante una hinchada contraria que se asusta por el degollado.

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Los papelones y la agonía de la recesión que se profundiza en plena pandemia están esmerilando la imagen positiva de Fernández, pero es desmesurado atribuirle responsabilidad en males que vienen de arrastre de los últimos años. 

El PBI se derrumbó 19,1% en el segundo trimestre producto de la “parálisis” en los meses iniciales de la pandemia, entre abril y mayo. Fue el peor registro trimestral de la historia económica argentina. Superior a la caída de 16,3% en el primer trimestre del 2002 tras el estallido de la Convertibilidad y al 13,5% en el segundo  trimestre de ese mismo año. 

El desempleo aumentó del 10 por ciento dejado por Mauricio Macri al 13,1%, afecta a 2,3 millones de argentinos y es la cifra más alta desde 2004. La pérdida de puestos de trabajo en la Argentina está en el promedio mundial. La pandemia destruyó 495 millones de empleos y desplomó el salario en 3,5 billones de dólares. 

De todos modos, el Gobierno exhibe cierta lentitud en dar respuestas acorde a las urgencias, como la ley de emergencia para el turismo, a la que el Presidente tuvo que vetar artículos clave por errores en la redacción. 

En ese escenario complejo Misiones debe hacer oír su voz para que sean atendidas sus demandas. Las negociaciones, de todos modos, no serán breves, sino que el Gobierno provincial se prepara para una maratón en la que lo importante es llegar a la meta y no el tiempo empleado. Los argumentos son contundentes: con las fronteras cerradas, el circulante en Misiones creció en torno a los diez mil millones de pesos, registrado en una mayor facturación del comercio minorista, estimada en 6.500 millones y el comercio mayorista el resto. La recaudación impositiva se mantuvo constante en medio de una caída en el promedio país y la tierra colorada es la única donde en los últimos cuatro meses creció el consumo de cemento, cuando hay un desplome general. Recrear las condiciones de competitividad es lo que se requiere con la política impositiva diferencial. 

A diferencia de otros intentos, esta vez hay toda una provincia encolumnada, incluso los dirigentes de la oposición. 

Durante la entrega de viviendas del Procrear, el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, volvió a reclamar al presidente Alberto Fernández una “política de frontera diferenciada” para ponerle fin a las asimetrías históricas con Brasil y Paraguay, que lleva a los misioneros a trasladarse a esos países para hacer compras, algo que implica una fuga de divisas.

El mandatario le contó al Presidente que durante los meses de aislamiento por la pandemia de coronavirus se incrementaron las compras de productos en Misiones y lo atribuyó al cierre de las fronteras. “Los misioneros han comprado en Argentina y no tuvieron que irse a otro país a comprar y llevar el dinero que muchas veces son dólares que se van”, declaró y consideró que la situación constituyó una “oportunidad” para la provincia en cuanto a ventas de productos locales.

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“Lo que estamos viviendo refuerza nuestro pedido de una política diferencial para las zonas de frontera. Se trata de una deuda histórica que tiene el país central con las provincias periféricas como Misiones”, insistió.

En el sector empresario dejaron de lado egoísmos y entendieron que un beneficio parcial no sirve sino para agrandar las asimetrías internas. “El dinero de los misioneros tiene que quedar en Misiones, la gente va a trabajar, está consumiendo, prácticamente todas las industrias están trabajando al cien por ciento. Eso habla a las claras de que se han tomado las precauciones y esa plata se está reciclando en Misiones por primera vez en la historia”, explicó el presidente de la CEM, Alejandro Haene. El dirigente empresario también defendió el cierre de las fronteras, para proteger la economía, pero también la salud de los misioneros. “Debemos ser inflexibles”, sentenció. 

En esa línea de protección económica y de la salud se van dando las respuestas dentro de la Provincia. Misiones debe ser una de las pocas provincias que actualizó paritarias con los estatales, que ahora tendrán un piso salarial de 30 mil pesos. El sector docente fue uno de los más favorecidos, con un básico de 10.500 pesos, 80 por ciento por encima del básico en enero. Herrera Ahuad calculó que el Estado desembolsará 700 millones de pesos más con los incrementos. 

El propio Gobernador, cuya imagen positiva creció en el último mes, encabeza las reuniones para avanzar en la atención a las demandas más urgentes. El turismo, que todavía espera la reacción de la Nación, tendrá un paquete especial para sobrellevar el parate. Este lunes se presentarán los detalles de un programa pensado para las empresas del sector, con una baja en la alícuota de Ingresos Brutos para los hoteles de Puerto Iguazú y una reducción de la deuda de patentes para los vehículos destinados al turismo en Cataratas. Otro estímulo que presentará Herrera Ahuad es el Ahora Turismo durante todo el mes, en lugar del primer fin de semana. El beneficio regirá desde noviembre para fortalecer el turismo interno. Los hoteleros también tendrán una quita en los intereses de las facturas de energía eléctrica. 

En el Gobierno esperan que en los primeros días de octubre, dependiendo de la curva del coronavirus, el transporte se reactive. En cambio, el comité científico desaconsejó la vuelta a clases presenciales y es poco probable que haya novedades antes de fin de año. No se analiza únicamente la situación de los más chicos, sino el impacto de posibles focos en los núcleos familiares. Todavía no están dadas las condiciones.

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