La incertidumbre, en medio del conflicto y el endeudamiento, pesa sobre las perspectivas para Oriente Medio y el Norte de África
La nueva Actualización Económica para Medio Oriente y Norte de África del Banco Mundial, titulada Conflicto y deuda en Medio Oriente y Norte de África , muestra que el crecimiento mediocre, el creciente endeudamiento y la mayor incertidumbre debido al conflicto en Medio Oriente son impactando las economías de toda la región.
Según el informe, se espera que las economías de MENA vuelvan a un bajo crecimiento similar al de la década anterior a la pandemia. Se pronostica que el producto interno bruto (PIB) de MENA aumentará al 2,7% en 2024, lo que representa un tibio aumento desde el 1,9% en 2023. Al igual que en 2023, es probable que los países importadores y exportadores de petróleo crezcan a tasas menos dispares que en 2022, cuando Los precios más altos del petróleo impulsaron el crecimiento en los países exportadores de petróleo. Para los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), el repunte del crecimiento en 2024 refleja expectativas de una sólida actividad en el sector no petrolero y una desaparición de los recortes de producción de petróleo hacia finales de año. Se espera que el crecimiento del PIB en casi todos los países importadores de petróleo se desacelere.
El informe analiza el impacto económico del conflicto en Oriente Medio en la región. La actividad económica en Gaza está prácticamente paralizada. El PIB de la Franja de Gaza cayó un 86% en el último trimestre de 2023. Cisjordania se ha hundido en una recesión, con crisis simultáneas en el sector público y privado. Un informe reciente del Banco Mundial profundiza en los daños a la Franja de Gaza y los impactos catastróficos en el pueblo de Gaza.
El impacto económico del conflicto en el resto de la región se ha mantenido relativamente contenido, pero la incertidumbre ha aumentado. Por ejemplo, la industria naviera ha hecho frente a las perturbaciones del transporte marítimo desviando los buques fuera del Mar Rojo, pero cualquier interrupción prolongada de las rutas a través del Canal de Suez podría aumentar los precios de las materias primas a nivel regional y mundial.
El informe también analiza el creciente endeudamiento en la región MENA. Entre 2013 y 2019, la relación mediana deuda-PIB de las economías MENA aumentó en más de 23 puntos porcentuales. La pandemia empeoró las cosas, ya que la disminución de los ingresos, junto con el gasto de apoyo a la pandemia, aumentaron las necesidades de financiación de muchos países.
Este creciente endeudamiento se concentra en gran medida en las economías importadoras de petróleo, que ahora tienen una relación deuda-PIB 50 por ciento más alta que el promedio mundial de las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Acercándose al 90 por ciento del PIB en 2023, los países importadores de petróleo en MENA tienen una relación deuda-PIB casi tres veces mayor que la de los países exportadores de petróleo de la región.
El informe presenta evidencia de que los países importadores de petróleo en MENA no han podido salir de sus deudas o inflarlas, lo que hace que la disciplina fiscal sea esencial para frenar el endeudamiento. Fundamentalmente, las partidas extrapresupuestarias que han desempeñado un papel importante en algunas economías MENA han ido en detrimento de la deuda y la transparencia fiscal. El desafío para los exportadores de petróleo es la diversificación económica y de los ingresos fiscales, dado el cambio estructural en los mercados petroleros mundiales y la creciente demanda de fuentes de energía renovables. En general, las economías de MENA necesitan emprender reformas estructurales, la principal de ellas la transparencia, para desbloquear el crecimiento y forjar un camino sostenible hacia el futuro.
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