
ONU: Una cuarta parte de la población no puede permitirse una dieta saludable en la región
La Organización de las Naciones Unidas, a través de la FAO (Organización de Alimentos y Agricultura, por sus siglas en inglés) lanzó el informe sobre el Panorama regional de seguridad alimentaria y nutrición para América Latina y el Caribe, señalando que, a pesar de los avances en la materia, se está muy lejos de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).

Esta nueva edición del informe sobre el Panorama regional de la seguridad Alimentaria y la nutrición de América Latina y el Caribe presenta los principales indicadores de hambre, inseguridad alimentaria, malnutrición en todas sus formas y, aquellos relacionados al costo y la asequibilidad de una dieta saludable, con el fin de contribuir en el análisis de la seguridad alimentaria y la nutrición como pilares fundamentales para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Uno de los aspectos que aborda este informe, tiene que ver con la desigualdad con respecto a la inseguridad alimentaria, la cual continúa afectando aún más a las mujeres y los habitantes de zonas rurales que son los más vulnerables. Si bien esta cifra se ha reducido en 2022, la brecha registrada a nivel regional es aún más elevada que la global.
Por otra parte, las poblaciones rurales y periurbanas presentan una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave que aquellas que viven en zonas urbanas. Además de que la malnutrición en todas sus formas, incluyendo el retraso del crecimiento infantil, las deficiencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad continúan siendo un reto para la región.
El sobrepeso, es uno de los ítems que ha sufrido un crecimiento, donde los niños y niñas menores de 5 años estuvieron por encima de la estimación mundial, aumentando más rápidamente en nuestra región, que con respecto al mundo. La obesidad en adultos, también está en aumento y afecta a casi una cuarta parte de la población adulta de la región.
El informe en datos
Uno de los aspectos positivos es que hubo una tendencia a la mejora en la región, aunque esto aún no sea considerado suficiente. “América Latina y el Caribe, fue una de las dos regiones (junto con Asia) que entre 2021 y 2022 no presentaron una tendencia de aumento de la prevalencia de subalimentación, con una reducción de 7% en 2021 a 6,5% en 2022. Esto significa que 2,4 millones de personas dejaron de padecer hambre en nuestra región. La misma tendencia se aprecia respecto a la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave, la cual disminuyó de un 40,3% en 2021 a 37,5% en 2022. Es decir, que 16,5 millones de personas en América Latina y el Caribe dejaron de padecer inseguridad alimentaria”.

La influencia de la alimentación, en los padecimientos de la salud, son un enclave que profundiza el informe, sobre todo en la salud de las mujeres. “Finalmente, las últimas estimaciones de la anemia entre las mujeres de 15 a 49 años muestran que en 2019 la prevalencia en la región estaba muy por debajo de la estimación mundial. Estos indicadores muestran diferentes niveles y tendencias entre las tres subregiones”.
El informe sostiene que un 22,7% de las personas no pudieron acceder a una dieta saludable, esto en parte tiene que ver con “El 57% de la población del Caribe no tuvo acceso a una dieta saludable debido a su alto costo; en Mesoamérica, la cifra corresponde al 22,2% y en Sudamérica al 20,6%”.
De acuerdo a los datos desprendidos del informe desde el año 2021, la región registró uno de los costos más altos de la dieta saludable: “La inflación en los precios de los alimentos en la región ha impactado en el costo de la dieta saludable, haciéndola menos asequible, especialmente para los grupos más vulnerables. Como resultado, una cuarta parte de la población de la región no puede permitirse una dieta saludable”. Lo que dificulta el cumplimiento de los objetivos DOS 2, en varios incisos, que tienen relación con la posibilidad de establecer dietas saludables permanentes, además de entornos saludables.

Con registros de costos en la dieta, con una cifra de 4,08 dólares diarios por persona, cuando el promedio mundial es de 3,66 dólares diarios. A consecuencia, el informe señala que 133,4 millones de personas no pueden acceder a este tipo de dieta.
Este análisis sostiene que la situación de la región continúa siendo compleja: “La región enfrenta un escenario complejo, debido a una serie de crisis sucesivas: la pandemia de la COVID-19, las persistentes desigualdades, los niveles de pobreza, la crisis climática y los efectos del conflicto en Ucrania. Estos factores han contribuido al aumento de los precios de los alimentos y a la inflación alimentaria, amenazando el funcionamiento, la eficiencia y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios”.
De acuerdo al informe, el hambre y la malnutrición siguen estando entre los principales desafíos para la región. Por lo que promueven la cooperación y la integración regional, como el Plan SAN CELAC desempeñan un papel fundamental para facilitar la implementación y aumentar el impacto de políticas, planes, legislaciones y programas agrícolas y alimentarios. Un punto clave para la mejora en estos aspectos es la necesidad de financiamiento e inversiones, tanto públicas, como privadas.
Si querés acceder al informe completo: FAO