Aberraciones geopolíticas de anarco libertarios

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Dogmatismo anarco libertario, reñido con todo atisbo de patriotismo. El patriotismo concreto, -no el meramente declamativo, como el practicado por los patrioteros de bandera-, defiende al Estado, el cual es la base sobre la que se sustenta La Patria. 

Por definición y por cerrados dogmatismos, los anarquistas son los doctrinarios del anti Estado, al cual odian y pretenden destruir. 

Así lo expresó el actual presidente de Argentina, en un sincericidio brutal, que no tuvo las reacciones esperables ante tamaña negativa confesión. Escasas o inexistentes fueron las expresiones de repudio, y acciones concretas ante el serio riesgo al que se expone la Nación Argentina, con esa confesión de intencional y alevosa agresión a La Patria (de la cual es Estado es el imprescindible sustento), por parte de legisladores, del Poder Judicial, dirigentes y referentes políticos, sindicales, de intelectuales, de uniformados, de periodistas y otros comunicadores; así como de analistas geopolíticos, y otros autodefinidos como “patriotas”, cuyos silencios no lo demuestran. 

Es muy claro que más que declamar, el patriotismo se demuestra en los hechos. 

Destrucción socio económica intencionalmente perpetrada, en camino al subdesarrollo crónico. 

Las muy destructivas medidas económicas y sociales, perpetradas en este medio año de gobierno libertario, demuestran palmariamente que no se trata de una simple bravuconada, sino que estamos ante un plan sistemático de aniquilamiento de Argentina, de lo cual pocos parecen haber tomado conciencia. 

Como violentos e irreflexivos que son los dogmáticos anarquistas, nunca analizan el contexto de caos generalizado que esa ideología, de llevarse a la práctica, significará al implementar la ley de la selva, en la cual la mayoría pobre y excluida no tendrá posibilidad alguna de salir de la trampa de miseria abyecta y pisoteo de sus más elementales derechos humanos, a la que esa mayoría es y será empujada despiadadamente. 

Los Estados que acepten pasivamente esa destrucción socio económica, serán llevados al desguace total, con una rápida involución a convertirse en caóticas factorías, manejadas por potencias neocolonialistas, o por grandes corporaciones transnacionales, las que, ante el caos anárquico, podrán saquear fácilmente todas sus riquezas, mientras que el pueblo empobrecido y embrutecido, puede llegar a perder todo atisbo de conciencia, frente al maremágnum al cual será empujado. 

Eso es, claramente, lo que se busca perpetrar con el RIGI (Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones), que más bien es un incentivo para el saqueo total de nuestras riquezas. 

Más allá de las destrucciones generalizadas intencionalmente perpetradas de la economía argentina, y del brutal empobrecimiento al cual están empujando a la mayoría de nuestra población, el propio presidente, con acentuada gestualidad (que deja fuertes dudas acerca de su estabilidad psíquica), en un contundente sincericidio, afirmó odiar al Estado -al cual preside, nada menos-, buscando destruirlo desde adentro. 

Semejante afirmación debería ser más que suficiente, para instrumentar un rápido accionar neutralizante, que evite males mayores, ante la más que evidente traición a la Patria Argentina, de quien pretende destruir al Estado, y de sus colaboradores. Recordemos que el Estado es la argamasa sobre la cual se sustenta la propia Patria. 

Tan importante y delicado tema, debería ser prontamente analizado y actuado, por Constitucionalistas de relieve y por dirigencias que acorde a las circunstancias, prioricen los Intereses Nacionales. Volviendo al análisis central acá expuesto, solo desde esas dos premisas claramente puestas de manifiesto (odio visceral al Estado Argentino, sumado a la muy dudosa estabilidad emocional del presidente), se puede entender la sumatoria de torpezas y gruesos errores del accionar geopolítico del actual gobierno argentino. 

Las agresivas afirmaciones, con la acentuada gestualidad que evidencian los desbordes emocionales presidenciales, causaron absurdos e incoherentes cortocircuitos en las relaciones exteriores, con naciones a las que nos unen sólidos lazos culturales, e importantes asociaciones económicas. 

Eso provocó acciones diplomáticas de la dudosamente eficiente Canciller (que tuvo impresentables expresiones reñidas totalmente con las formalidades respetuosas de la diplomacia), para intentar enmendar, en varios casos, las serias desavenencias fogoneadas por los verborrágicos exabruptos presidenciales. 

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De la histórica línea de paz, neutralidad en conflictos ajenos, y de clara oposición a operaciones intervencionistas, con accionar diplomático en general muy cuidadoso; que casi como constante fueron las características de la política exterior de Argentina; se pasó abruptamente a una clara subordinación total y explícita de los mandatos del Bloque de Poder Atlantista, a lo que se agregan los exabruptos presidenciales vertidos contra otros países y/o sus mandatarios, totalmente reñidos con la mesura que debe caracterizar al accionar diplomático. 

Además de toda esa sumatoria de incoherencias muy burdas en el desmanejo de las muy importantes Relaciones Exteriores, se le agregan las gruesas falsedades conceptuales, casi siempre proferidas en tonos admonitorios, por el presidente o sus cercanos colaboradores. 

El odio anti Estado, manifiestamente dicho y corroborado en múltiples medidas muy negativas, también se expresó en el cerrado y falaz dogmatismo, al suponer que los respectivos Estados nacionales no intervienen ni deben intervenir -hipotéticamente- en el comercio exterior; área supuestamente reservada excluyentemente a “los mercados”, eufemismo que en realidad debe leerse como “las grandes corporaciones”. 

Dentro de esas aberraciones conceptuales, en forma totalmente innecesaria y burda, agredió a Brasil y China (y a sus autoridades), ¡justamente los dos principales socios comerciales nuestros! Y como las mentiras tienen patas cortas, poco después, debió de apuro pedir al Estado de Brasil que nos suministre gas natural, ante la total impericia en el manejo energético de los improvisados libertarios y sus socios neoliberales, que como tales frenaron una obra que habría ampliado la capacidad del Gasoducto Néstor Kirchner, y con eso se hubiera podido abastecer el previsible aumento de la demanda en meses fríos. 

En la misma línea de cosechar los amargos frutos de la incoherencia y desmedida verborragia, el gobierno libertario, luego de denostar a China, debió suplicar la ampliación de las facilidades financieras del SWAP en su momento acordado. ¡Pero para eso, Milei deberá ir a China, y previsiblemente, deberá rendir honores a Mao, tragándose sus insultos y agresiones previas! 

Poco o nulo efecto positivo parecen haber cosechado las previas gestiones al respecto, de su Canciller Diana Mondino, la cual además incurrió en la grosería inadmisible, de una frase con claros tintes raciales anti chinos, que solo la milenaria sabiduría de ese país pudo tener la templanza como para evitar transformar esa gruesa torpeza, en otro serio altercado diplomático…que hubiera tenido muy serias consecuencias para nuestro país. 

Listado de acciones de anti geopolítica nacional. 

• Rechazo a la preacordada admisión al grupo BRICS, en el cual no solo están nuestros dos principales socios comerciales, sino que desde el cual se obtuvieron apoyos financieros y técnicos para concretar grandes obras energéticas (paralizadas absurdamente por el énfasis destructivo libertario), sino que además hubo claros respaldos a posturas geopolíticas claves para nuestro país, en el tema Malvinas y otros vinculados a la soberanía. Además, hubo ofertas concretas para reequipar la Fuerza Aérea, con aviones nuevos, totalmente equipados, y de tecnologías actuales; por fuera de las presiones negativas del Reino Unido. 

• Acciones para integrarnos a la OTAN, agresiva alianza militar del Atlantismo, la cual es fuertemente influenciada por las dos mega potencias anglosajonas, las que apoyan al colonialismo del Reino Unido en Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, así como el pretendido expansionismo de dicha potencia en el Atlántico Sur y la Antártida, todo ello en desmedro de las fundadas pretensiones de soberanía de Argentina. Subordinarnos a la OTAN y despreciar al BRICS, son burdas aberraciones geopolíticas vinculadas entre sí, en desmedro nuestro. 

• Adquisición de aviones cazas, de segunda mano (y por ello, acotadas vidas útiles), posiblemente con escasas provisiones de armamentos, por las imposiciones del Reino Unido contra el reequipamiento de nuestra Fuerza Aérea. Las ofertas en firme de Rusia, China, y de India-Paquistán, eran de cazas nuevos, totalmente equipados con todas sus gamas de armamentos, y muy posiblemente con mejores alternativas de financiación. Eso, además de no depender del “tutelaje” británico, para los armamentos, sin los cuales los aviones comprados, son simples elementos decorativos. 

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• Pérdida explícita de soberanía, al aceptar una base de EEUU en Tierra Del Fuego, además del “tutelaje” de esa potencia en la Cuenca Del Plata. 

• Incoherente viaje del presidente Milei, disfrazado de militar, para ir al sur a entrevistarse con la Generala Richardson, siendo que, por lógica de protocolo, debió comisionar a esa misión a un par de la militar norteamericana, quien no es “jefa de Estado”. Muestra explícita de sumisión, por parte del presidente libertario. 

• Absurdos involucramientos en los conflictos armados del polvorín de Medio Oriente y de Ucrania, subordinándonos a los mandatos del Atlantismo, pisoteando las posturas no intervencionistas y pacifistas, que caracterizaron a nuestra Política Exterior. 

• Según trascendidos, hubo (o hay) intenciones de derivar las muchas toneladas de alimentos, absurdamente retenidos, hacia Ucrania, en desmedro de su necesaria utilización para paliar el hambre en nuestro país. 

• Desaire presidencial, al no concurrir a una reunión con miembros de las comunidades árabes y/o musulmanas, que forman parte de la población de Argentina. Lo lógico es facilitar la pacífica y respetuosa convivencia, con pobladores de distintos orígenes y credos; lo contrario al “realineamiento” subordinado al Atlantismo, que practican libertarios y sus socios políticos. 

• Anunciada y promocionada intención de proveer armas a Ucrania, que posiblemente se iba a concretar donando los cinco aviones Super Etendard que en forma irracional compró Macri, sin asesorarse debidamente, que no se pudo poner en servicio, pues tienen componentes británicos, que el Reino Unido se niega a facilitar, en sus operaciones de embargos de armas en contra nuestra. Ese suministro de armas hubiera significado involucrarnos en una guerra que no es nuestra, operando además contra Rusia, que tuvo acciones y posturas claramente amigables hacia nuestro país, y que apoyó la Causa Malvinas, muy cara para nuestros patrióticos intereses. Como explícitamente el embajador ruso en Argentina, hizo saber que ese pretendido envío de armas a Ucrania, significaría un acto hostil (y total incoherencia geopolítica de nuestro actual gobierno), el presidente Milei dio marcha atrás con esa peregrina y negativa iniciativa. 

• Insistiendo en el desatino de querer involucrarnos en la guerra de la OTAN contra Rusia, librada en suelo de Ucrania, existen ahora fundadas preocupaciones de haberse hecho acuerdos con la República Checa, para producir armamentos, los que se tendría intención de derivarlos a ese conflicto. 

 • En la misma línea de “meternos de prepo” en guerras ajenas, y pese a que es una decisión conflictiva, que debería ser aprobada por el Poder Legislativo, trascendió que se insiste en trasladar la embajada en Israel, a Jerusalén, lo cual sería una gruesa torpeza diplomática más, que absurdamente nos malquistaría con Palestina y otros pueblos árabes y/o musulmanes, dejando de lado el accionar mesurado que en ese tema también caracterizó a nuestra diplomacia. • Caputo y Bullrich, en campaña, fueron durante la campaña presidencial, muy mal calificados por Milei; uno por muy deficiente ¿o culposa? gestión económica, y la otra acusada de asesina. A los pocos días, ya siendo presidente, en un rápido “cambio de enfoques” los incorporó al gabinete. Caputo, el gran endeudador durante el macrismo, sigue aumentando nuestra descomunal deuda externa, la cual opera como un fuerte condicionante geopolítico, además de haber vuelto a poner a Argentina bajo la tutela del FMI, lo cual implica claro desmedro de la soberanía, o sea una acción de evidente desmedro de nuestros intereses geopolíticos. 

• El listado no se agota. 

Mientras el presidente sigue de costosas giras no oficiales de autopromoción, el desbarranque generalizado se acentúa. 
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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