Hacer la diferencia
En medio de la debacle del consumo en la Argentina, con las ventas de supermercados cayendo 8,8 por ciento y por decimoquinto mes consecutivo, Misiones rompió la monotonía con ventas por más de 900 millones de pesos y un crecimiento de ventas del 64,8 por ciento interanual, por encima de la inflación. Fue única provincia con un crecimiento real del 3,5%. No es casualidad. Desde hace varios meses el consumo en la tierra colorada viene empardando a los datos de la inflación y en algunos rubros, por encima, sobre todo después de mitad de año, en la cresta de la ola de la crisis.
El indicador, de todos modos, sorprendió hasta al propio Gobierno, que tiene buena parte de responsabilidad en el comportamiento del consumo.
Los programas Ahora, destinados a sostener el ritmo de ventas de carne, almacén y pan, resultaron vitales para que los supermercados sostengan la actividad y para que los misioneros hagan rendir el dinero en momentos en que la suba de precios desalentaba hasta al más optimista.
Sólo el Ahora Góndola genera ventas por 20 millones mensuales, mientras que el Ahora Carne ya cuenta con más de cien carnicerías adheridas en toda la provincia, según datos de la secretaría de Hacienda.
Por supuesto que hay otro dato de la realidad económica que esta vez juega a favor: el tipo de cambio alto invierte el flujo de compras en Brasil y Paraguay hacia la Argentina (o reduce ese flujo de salida).
De todos modos, ha sido un acierto la decisión del gobernador Hugo Passalacqua de poner al Estado como un actor central para sostener la actividad en medio de una profunda recesión que seguramente se extenderá hasta bien entrado el 2020.
Otro acierto, a la luz de los años, ha sido apostar al desarrollo del turismo como emblema. Las Cataratas del Iguazú volvieron a romper la marca del millón y medio de visitantes y el año cerrará con un nuevo récord: 1.600.000 visitantes en el año. La maravilla natural misionera es un imán para el turismo y en momentos de dólar alto, se beneficia por una mayor afluencia de argentinos que no llegan al exterior. Pero el turismo de a poco se fue transformando en una de las principales actividades de Misiones, apuntalado por el empuje de las inversiones y en los últimos meses, por uno de los pocos aciertos del gobierno de Cambiemos, la llegada de las low cost.
En medio una profunda recesión que ya lleva dos años, Cataratas crece y se visualiza el efecto derrame en toda la provincia: los ingresos por turismo pasaron de 10 mil millones en 2018 a una proyección de unos 14.454 millones para este año.
Son políticas que marcan la diferencia y continuarán con la gestión de Oscar Herrera Ahuad. El gobernador electo mostró su visión económica en un almuerzo por el 35 aniversario de la regional NEA de la Fundación Mediterránea. A los postres, el actual vice desnudó su pensamiento.
Se mostró “mesurado en los pronósticos”, pero confió en que el gobierno de Alberto Fernández tome medidas favorables y atienda las demandas de Misiones, como la compensación económica, la llegada del gasoducto y retomar negociaciones por el artículo 10 de la ley Pymes, además de un tratamiento diferencial para las pequeñas y medianas empresas radicadas en la provincia, que permita compensar costos de logística y de producción.
“Vamos a seguir siendo activos, en una simbiosis con el sector privado. Como hasta ahora, con créditos a tasas bajas, como los que dimos para cosechar la yerba, al siete por ciento, con el Fondo de Crédito. Debemos ser creativos”, pidió a los empresarios.
Su gestión promete poner mucho énfasis en aumentar la productividad de las chacras misioneras, pero no a cualquier costo. Rechazó enfáticamente el plan Maizar que intentó imponer la Nación a espaldas de la Provincia, pese a que algunos empresarios fueron seducidos por la promesa de exportar rápido y mucho para atender la demanda de Brasil.
“No creo en las grandes panaceas y promesas casi de oferta electoral que se ofrecen como revolucionarias y sin estudios”, disparó.
“Debemos ser celosos de lo que ponemos en el suelo”, advirtió y recordó que Misiones es una de las principales provincias turísticas del país gracias a la naturaleza, lo que genera el 10 por ciento del empleo registrado.
No fue la única definición fuerte en el almuerzo. Marcelo Capello, presidente del Instituto de Investigación Económica de la Realidad Argentina y Latinoamericana, aseguró que “la deuda no se puede pagar”. “Con quita o sin quita, se postergarán vencimientos”, definió Capello, antes de anticipar que Fernández se encontrará con un “escenario parecido” al de Néstor Kirchner, con una soja apenas por encima de los precios que se pagaban en 2003 y un tipo de cambio alto, aunque sin superavit primario porque “Macri hizo el ajuste, pero no todo el necesario”. Sobre el final, sorprendió con una definición: “El cepo es inevitable en este contexto, aunque no es bueno a largo plazo”. Capello también advirtió que no es Fernández quien romperá el acuerdo con el FMI, sino que ya no se está cumpliendo, porque Macri, antes de despedirse, comenzó nuevamente a emitir.
En las mesas del almuerzo de la Mediterránea había ansiedad por conocer quienes serán los integrantes del Gabinete de Herrera Ahuad. El Gobernador electo no dio pistas, pero a nadie pasó desapercibida la presencia de Lisandro Benmaor, actual ministro de Desarrollo Social, quien seguiría en el gabinete, pero en otro rol, a cargo del Instituto de Previsión Social, mientras que en su cartera ascendería Benilda Dammer. También estuvo el diputado Marcelo Rodríguez, para quien hay reservado un sillón relevante y el intendente electo, Leonardo Stelatto.
Todavía es un misterio cómo se llenará el resto de los casilleros. Pero hay algunos nombres que no se moverán. El secretario de Hacienda, Adolfo Safrán, tiene una fluida relación con el sector empresario y a quien se vio en la cena de fin de año de la Confederación Económica de Misiones, es uno de los que sigue. Lo mismo sucedería con José María Arrúa en Turismo y Marcelo Pérez en Gobierno. Miguel Sedoff, actual responsable de la Escuela de Innovación, suena para Educación.
Algunas piezas dependen de cómo se ensambla el gabinete nacional. La expectativa está puesta en Sergio Lanziani, como secretario de Energía, pero el presidente electo, Alberto Fernández, todavía no da señales definitivas, aunque le pidió al ex presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, que defina con el misionero, los detalles de una renegociación de la deuda de Yacyretá con el vecino país.
Secretario o no, Lanziani está armando un equipo de colaboradores entre los que se encuentran abogados y especialistas que estuvieron desde el minuto cero en la campaña local del ahora Presidente.
Por lo pronto, en el sector empresario hay expectativas por el eventual ascenso de Lanziani, ya que es el diseñador del plan de obras que necesita Misiones para solucionar la demanda de energía y apuntalar el desarrollo, sobre todo del sector industrial en el centro y alto Uruguay. El ingeniero nuclear había presentado un plan y conseguido inversión china, que fue trabada por falta de avales de la Nación. Si fuese ministro o secretario, se supone que los avales se conseguirían.
No sería el único en la primera línea. El senador Maurice Closs fue ungido como vicepresidente primero del Senado, un lugar que lo coloca en diálogo permanente con el Gobierno y que deberá moldear leyes fundamentales para torcer el rumbo. “Se generó un tiempo de sumar para ganar, no se podía plantear una elección sin sumar, ahora hay que sumar para gobernar”, definió Closs sobre su elección.
En el corrillo empresario se ilusionan con un cuarteto misionero en Buenos Aires: Lanziani, Closs, el ministro de Turismo, José María Arrúa en el Consejo Federal de Turismo y Gerardo Díaz Beltrán al frente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, aunque el empresario todavía no confirmó si irá por la reelección en abril.
En la industria misionera también miran con expectativa el programa de Gobierno de Alberto Fernández. Guillermo Fachinello, presidente de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y NE de Corrientes (APICOFOM), fue uno de los presentes en la presentación de Fernández en la Unión Industrial Argentina. “Nos gustó lo que dijo. Crear un colchón con las retenciones, apostar al crecimiento del mercado interno y apuntalar la industria”, definió el responsable de la fábrica de viviendas de madera de Misiones.
Los socios de la Confederación Económica de Misiones celebraron el viernes su asamblea de fin de año. Con Alejandro Haene como anfitrión, hubo coincidencia -salvo en el sector yerbatero que disfruta de un inusual crecimiento sostenido- que el último año de Mauricio Macri en el Gobierno, será para un rápido olvido. El cambio de Gobierno genera expectativas por la posible reactivación del mercado interno, pero al mismo tiempo, interrogantes sobre algunas medidas que podrían reflotar el kirchnerismo de la última etapa.
Fernández no dio indicios ciertos de quien será el ministro de Economía. La mención de Matías Kulfas genera posiciones encontradas. Algunos temen por su heterodoxia. “Si es por mi conveniencia, me viene al pelo, pero habrá que ver cómo se inclina la balanza”, definió un hombre de negocios que está en las antípodas del cristinismo.
La ahora vicepresidenta es temida y respetada, casi en la misma medida. Se la ve como omnipotente y con una enorme influencia sobre el Gobierno del otro Fernández. No debería ser, sin embargo, una contradicción. Fue ella quien lideró los tiempos políticos y se corrió del eje para garantizar el triunfo que destrone a Macri. Sería inocente pensar que no que tendrá peso en el armado político y en la toma de decisiones. Pero quizás todavía no se logre dimensionar convenientemente el peso de su figura. No parece inclinarse por repetir errores, sino más por inaugurar una nueva etapa. Las condiciones económicas tampoco son idénticas para replicar el inicio de la “década ganada”. Habrá de ser creativa para regenerar la confianza.
El recelo que genera el retorno de Cristina es igual o menor a la desazón del sector empresario ante el epílogo de Macri. No hay sector que esté mejor que hace cuatro años, incluso entre quienes apostaron con fervoroso entusiasmo por el cambio. La inflación, un PBI per capita que hoy está en niveles de 2010, consumo por el piso, marcan el malhumor y justifican la derrota electoral. Sin embargo, el Presidente persiste en dejar tierra arrasada: este domingo la nafta amanecerá con nuevos precios y el litro de la nafta súper valdrá 60 pesos. Estaba 15,13 pesos en diciembre de 2015. Un aumento de apenas 296,56 por ciento.